Una pareja (Antonia Zegers y Néstor Cantillana) buscan a su hijo, de siete años, perdido en el bosque. Hubo un incidente, del que poco a poco sabremos, que desencadena este hecho. Al no encontrarlo, llaman a Carabineros. La creciente tensión, hace que la pareja diga cosas “indecibles”, inapropiadas, “incorrectas”, inconfesables, pero reales…

Matías Bize

El director de películas como Sábado, En la cama, Lo bueno de llorar, La vida de los peces, La memoria del agua, Mensajes privados, vuelve a poner su aguda mirada en las relaciones de pareja. En las pequeñas fricciones, en las cosas no dichas, en los quiebres -mínimos algunos- como también en las grandes tensiones, en los desastres. Esos que provocan fracturas.

Matías Bize tiene una mirada sensible. Comprometida. Sin panfletos ni lugares comunes, indaga en los roles de género y sociales. En los “deber ser”, en los dictámenes sociales. Lo hace abordando -en general- grupos sociales y ambientes que conoce.

El director, con una filmografía consistente, insiste en un tema sin límites: la pareja y los afectos. Los roles paterno y materno, y los hijos. Y sus quiebres. Matías Bize se ha transformado en uno de los cineastas chilenos con una de las obras más sólidas, y uno de los más premiados.

El castigo

¿Qué pasa cuando un hijo desaparece en un bosque idílico del sur de Chile? (cercanías de Pucón) ¿Qué emociones despierta? ¿Qué aflora en esos momentos de angustia?

El castigo aborda de manera categórica, a través de una situación extrema, temas como los roles, la culpa, las recriminaciones acalladas.

“A mí me toca ser la bruja siempre”, enrostra Ana a su marido. “Él me odia”

“Es un niño rebelde”, dice el marido. “Solo necesita una madre que no lo esté criticando todo el tiempo.”

Los roles de madre y de padre en una sociedad machista se ponen a prueba, se tensionan. “La plenitud de ser madre” a costa del desarrollo personal, de tener vida y espacios propios. Algo dado por obvio por el marido y la sociedad.

El castigo, casi una única escena como Sábado, tan profunda como La memoria del agua, es una mirada crítica, profunda, sin concesiones a una sociedad y a un grupo social específico: clase alta. Pero que, en su universalidad, puede servir para mirar otras realidades.

Extras

Con muy buenas actuaciones -con grandes actores-, vale destacar el trabajo del director con Néstor Cantillana. La dirección de fotografía y cámara de Gabriel Díaz, y la música de Gutavo Pomeranec.

En una película donde casi todo el tiempo hay uno o dos personajes en escena, la cámara (el clima y la tensión que transmite) y la música son fundamentales. En este caso, están muy bien logradas.

Algo similar podemos decir de la escritura, a cargo de la española Coral Cruz, que ya trabajó con Bize en La vida de los peces.

El castigo es una gran película que llega a lo profundo de una pareja relativamente joven de clase alta (o media alta), que pone en cuestión los roles de género y sociales. La importancia de las cosas no dichas, silenciadas por el deber ser. Que, en casos extremos, afloran de manera disruptiva, cambiando la realidad.

La película ha sido una de las primeras seleccionadas para la Competencia Oficial del Festival de Cine Black Nights de Tallin que se llevará a cabo en Estonia entre el 11 y 27 de noviembre.

Néstor Cantillana y Antonia Zegers, en El castigo
Market Chile

El castigo

Dirección: Matías Bize
Escrita por Coral Cruz
Elenco: Antonia Zegers, Néstor Cantillana, Catalina Saavedra, Yair Juri, Santiago Urbina.

Dirección de fotografía y cámara: Gabriel Díaz
Dirección de arte: Sebastián Olivari
Diseño de sonido: Martín Grignaschi
Música original: Gustavo Pomeranec