“¿Qué ocurre con esos cuerpos que no vemos en las revistas, ni en la publicidad? ¿Qué pasa con esos cuerpos que se escapan de aquello que etiquetamos como bello? ¿No existen? ¿Son acaso menos bellos? ¿Son sujetos que pueden ejercer en plenitud sus derechos sexuales?”.
La batería de preguntas se formula desde la exposición La Belleza Diversa: un proyecto fotográfico impulsado por la gestora cultural Érika Silva, quien ganó notoriedad tras el caso Caval y la bullada salida de Sebastián Dávalos de la Dirección Sociocultural de la Presidencia de la República, donde Silva se desempeñaba como jefa de gabinete.
“A partir de haber vivido el impacto de cómo una imagen puede cambiar la vida de una persona, después de haber sido la jefa de gabinete de Sebastián Dávalos, realicé un proyecto que indaga sobre la imagen, el cuerpo y el exclusiones”, cuenta Silva a BioBioChile.
En La Belleza Diversa, los fotógrafos Carlos Candia y Luis Hidalgo registran a diez personas (la mayoría mujeres) con discapacidades físicas, con el objetivo de irrumpir con ellas en el espacio público en post de la “visibilización de cuerpos distintos”.
“Esto surge por mi traumatiquísimo caso. Me empezaron a interesar los temas de imagen, de cómo se toman medidas a raíz de las imágenes de las personas, y no de lo que se conoce de las personas”, comenta Silva, quien reconoce haberse sentido afectada tras su aparición en medios de prensa a raíz del caso Caval, sobre todo, por los comentarios de la gente y el rechazo a su figura.
“Escuchaba comentarios a mis espaldas, murmullos, la gente ya tenía una imagen de mí”, recuerda. “La imagen te la hacen bolsa. Y de repente comenzaron a pasar cosas buenas con mi imagen: me tuve que sacar muchas fotos (a raíz de otros proyectos artísticos), y uno empieza a reconciliarse con verse en otros contextos”, cuenta, y reconoce que ahí fue cuando germinó la idea motor detrás de La Belleza Diversa.
“Si esto me pasó a mí, entonces tiene que haber formas donde la imagen y la contraimagen generen que uno se reconcilie con distintas cosas”, entendió.
“Visibilizar cuerpos distintos es lo que podía ampliar los márgenes de lo que entendemos por bello. No hay reparación posible desde la exclusión si no hay visibilización. Porque desde donde construimos lo bello es donde construimos lo justo”, agrega.
Hoy, el proyecto cuenta con el auspicio de una marca de lubricantes y estimulantes que se interesó en la idea de la gente excluida del placer por su apariencia física. “La gente dice: ‘oh, imágenes crudas’, pero esos cuerpos existen, lo que pasa es que no son visibles. No hay nada más democrático que el acceso al placer”, dice
“Que la gente murmure detrás tuyo cosas que no eres: que eres ladrona, que anduviste con Dávalos, que estás metida en Caval. Eso es lo que siente la gente excluida: que ojalá uno no fuera uno. Son cosas que te marcan, pero también se agradecen. La gente que no ha vivido exclusión no tiene idea, no es capaz de ponderarlo”, reflexiona Érika Silva, el mismo día en que se llevó a cabo una de las últimas jornadas del juicio oral por el Caso Caval.
La exposición está disponible en el Espacio Vime Muro de la Universidad de Santiago de Chile, entre las 09:00 y las 21:00 horas hasta el 3 de agosto.
