Bella como para comérsela. Con The Neon Demon, thriller erotico-fantástico presentado este viernes en Cannes, Nicolas Winding Refn propone una visión aterradora del mundo de la moda, en el que jóvenes inocentes son vendidas como muñecas de carne.
“Hay algo aterrador en la idea de que el mundo gira en torno a la belleza”, explicó en rueda de prensa Nicolas Winding Refn.
“Si uno mira a su alrededor, esta obsesión de la apariencia no ha parado de crecer y la revolución digital no ha hecho sino acelerar las cosas”, agregó el cineasta danés, cuyo filme dividió a los primeros espectadores en entusiastas y asqueados.
Igualmente radical en la forma con sus imágenes estetizantes, el filme cuenta la historia de Jesse, ingenua muñeca de 16 años (Elle Fanning), cabellos dorados y ojos seductores que desembarca en Los Ángeles decidida a hacerse un lugar en el mundo de la moda.
Con su belleza fuera de lo común, la joven no tarda en llamar la atención de la directora de una agencia (Christina Hendricks) que le augura un futuro exitoso.
Una carrera que la actriz norteamericana Elle Fanning, que acaba de festejar sus 18 años, comparó al suyo.
“Yo vengo de una pequeña ciudad (Conyers, en el estado de Georgia) y hoy vivo en una grande, podía identificarme con el personaje”, agregó.
“Me decía que Los Ángeles podía representar este Neon Demon (neón demoníaco), esa luz que atrae. Pero hay que tener cuidado de no dejarse atrapar por lo que no es más que una ilusión”, agregó.
Rodado en orden cronológico, el filme que acompaña la música electrónica obsesiva de Cliff Martínez muestra la evolución del personaje de Jesse, que no tarda en tomar conciencia de la fascinación que ejerce su belleza.
“Al principio era muy inocente, cayó en ese mundo en el que las modelos se venden por su carne y apenas puede creer lo que está viendo”.
La deslumbrante ascensión de Jesse rápidamente va a despertar la hostilidad de sus colegas. Operadas varias veces para responder a los cánones de la belleza exigida en las pasarelas, están dispuestas a todo para eliminar a una rival ambiciosa de insolente belleza.
Sensual y erótico, el filme lleva la transgresión hasta los últimos tabúes que constituyen la necrofilia y la antropofagia.
“La película muestra una realidad aumentada. Belleza y vulgaridad se llevan hasta las últimas consecuencias, como el sexo y la violencia”, explica Nicolas Winding Refn.
“Tengo dos hijas y me pone incómodo ver que esta búsqueda de la belleza sea una preocupación universal”, agregó el danés, un frecuente participante en el festival.
En 2011 había obtenido el premio de la puesta en escena en 2011 con Drive, regresó en competencia dos años más tarde con Only God Forgives. Además fue miembro del jurado en 2014.
“Con la revolución digital, la muerte y la belleza se confunden, es la esencia de la película”, concluye el cineasta.