Mi amigo el gigante, la primera película de Disney dirigida por la leyenda del cine Steven Spielberg, envolvió con su magia a Cannes y conquistará a todos los niños que aún ignoran quién fabrica los sueños.
El director, ganador de cinco Oscar, regresa con un filme mágico que nos recuerda a su E.T, el pequeño extraterrestre que marcó a toda una generación hace 34 años.
Una noche, en la que Sophie, una pequeña huérfana lectora asidua, no logra conciliar el sueño, ve lo que nunca debió haber visto: un gigante de 7 metros de alto, con orejas descomunales, recorriendo las calles de Londres, para soplar sueños a los niños que duermen.
Fiel a la novela británica de Roald Dahl, uno de los autores de cuentos para niños más popular del mundo, el libro lleva a Sophie al País de los Gigantes, un mundo maravilloso, pero que está reinado por seres que se alimentan de niños. Excepto uno, Mi amigo el gigante, el único monstruo vegetariano.
Este gigante salvará la vida de Sophie, que le devolverá el favor más tarde, deshaciéndose de los malvados gigantes gracias a un plan que implica nada más ni nada menos que a la reina de Inglaterra.
Las escenas en el Palacio de Buckingham son mucho más largas que en la novela, pero aportan al filme una bocanada de aire fresco, apreciado por el público en Cannes.
“Es la primera película que dirijo que podría calificarse de historia de amor”, declaró Steven Spielberg en una conferencia de prensa en Cannes. “Debemos creer en la magia, cuando el mundo no deja de empeorarse, necesitamos magia”.
Ante la prensa, Spielberg, padre de muchos de los mayores éxitos de taquilla en la historia del cine, como Tiburón o Jurassic Park, no ocultó la filiación de Mi amigo el gigante con E.T. De hecho, el mismo guionista trabajó en ambas.
“Me encanta contar historias totalmente imaginarias”, dijo Steven Spielberg, que leyó la película de Roald Dahl a sus siete hijos cuando eran pequeños.
En esta película “no me puse ninguna barrera, me sentí totalmente libre de hacer lo que yo quería. Me recordó a mis inicios como director” en los años 70.
Aunque, durante esos más de cuarenta años, hubo una revolución en las técnicas de filmación. En Mi amigo el gigante, la primera película de Disney firmada por Spielberg, los gigantes son casi reales, sobre todo el actor Mark Rylance, cuyo rostro fue totalmente deformado mediante un computador para adoptar los rasgos del coloso.
La pequeña Sophie, una valiente niña que no tiene miedo de los malvados gigantes, es interpretada por Ruby Barnhill, de casi 12 años, que estuvo sentada a la derecha de Spielberg durante la conferencia de prensa en Cannes. La joven actriz explicó que “tomó clases de teatro” y participó en un programa de televisión antes de lanzarse a esta aventura.