Vicente Torres, investigador del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, encabeza un equipo que está trabajando sobre una molécula fundamental en el proceso de diseminación de células tumorales de un tejido a otro.
Este hallazgo abre una puerta a nuevos tratamientos de la enfermedad.
El cáncer agrupa a un conjunto de enfermedades con un origen muy diverso. Sin embargo, la elevada mortalidad asociada a éste tiene un denominador común: la metástasis. Ésta corresponde a la diseminación de las células tumorales desde un tejido a otro, proceso que es bastante complejo y aún poco entendido.
A nivel celular, dos eventos son cruciales en la metástasis de las células cancerosas: la migración o movimiento celular y la capacidad de estas células para invadir y destruir otros tejidos.
Es justamente en este ámbito que se adentró un grupo de investigación de la Universidad de Chile perteneciente al Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS). Encabezados por el profesor de la Facultad de Odontología Vicente Torres, identificaron una de las moléculas involucradas en la metástasis de células tumorales: la “Rab 5”.
“Esta proteína está en células normales y tumorales, pero en esta última está descontrolada. Nos preguntamos por qué y lo que hallamos es que en los tumores que están sometidos a una fuerte condición de estrés por la falta de nutrientes y oxígeno, hace que vayan creciendo. Esta condición de estrés hace que esta proteína se descontrole y la célula tumoral se vuelve más agresiva y más metastásica”, explicó el profesor Torres sobre cómo opera la proteína encontrada en una investigación previa realizada por el en la Universidad de California y sobre la que hoy están trabajando en la Universidad de Chile.
Lo que este equipo descubrió recientemente es que al sacar esta molécula de las células tumorales a partir de técnicas de biología molecular, “vimos que la célula deja de moverse, migrar e invadir, y hace menos metástasis”.
Sobre las proyecciones de esta investigación, el académico es claro en señalar que es un primer pero importante paso en esta materia, el que ha sido trabajado a nivel celular en el laboratorio. Aún así, es posible ver dos líneas de acción gracias a estos avances. Una, en lo que se denomina marcadores moleculares.
“Si sospecho que un tejido se ve extraño en un paciente, el médico puede extraer una biopsia y analizar las proteínas y si se alteran o no”, explicó el académico, agregando que esta información puede servir para un diagnóstico potencial.
Este hallazgo, además, representa un avance en la creación de tratamientos médicos a partir de fármacos “que vayan a atacar a esta proteína, generando un beneficio en el paciente, prolongando la sobrevida y disminuyendo la incidencia de metástasis”.
Estos avances han sido publicados recientemente en la prestigiosa revista Oncotarget.