El único pueblo británico libre de alcohol perderá pronto su condición después de 120 años porque un comerciante consiguió permiso para venderlo en su tienda, informó la prensa local.

Bournville, fue creado a finales del siglo XIX por los Cadbury, una familia cuáquera, propietaria de la famosa marca de chocolates, confitería y refrescos.

El pueblo, que tiene ahora unos 25.000 habitantes, se construyó para albergar a los trabajadores de Cadbury y en él no se vendían bebidas alcohólicas ni había bares, una excepción en un país que está entre los más bebedores del mundo, con 11,6 litros de alcohol puro por año y habitante mayor de 15 años, según datos de 2014 de la Organización Mundial de Salud.

Kamal Sharma, propietario del quiosco Mary Vale, que vende diarios, golosinas y cigarrillos, decidió romper con la tradición y solicitar permiso para vender alcohol, un derecho que finalmente le fue concedido por un comité del concejo de Birmingham, al que pertenece Bournville.

“Lo único que estoy haciendo es trata de salvar mi negocio”, dijo Sharma al diario Birmingham Mail. “Traté de diversificar vendiendo frutas y verduras, pero nadie las compraba”, narró. “Pedí a mis clientes que querían y era unánimes, un lugar donde poder comprar unas cervezas o una botella de vino”.

Lynda Clinton, concejal de Birmingham, explicó en comunicado que “hubo gente que se opuso a la demanda por su temor a que se produzcan conductas antisociales, delitos y desórdenes, y por el impacto que tendría” en “el ‘caracter único’ de Bournville”.

Sin embargo, agregó Clinton, la policía no puso reparos y “los vecinos que asistieron hoy a la reunión estaban claramente a favor”.

A cambio del permiso, Sharma tendrá que instalar cámaras de seguridad, pedirle a los clientes que no hagan ruido cuando salgan y que no se congreguen ante la tienda.