El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, afirmó en una entrevista difundida el miércoles que hay una “guerra real” entre su país y Rusia, y no sólo un “combate” de Kiev contra rebeldes prorrusos apoyados por Moscú.

“No es un combate contra separatistas apoyados por Rusia, es una guerra real con Rusia”, declaró a la BBC.

“El hecho de que hayamos capturado a soldados de las fuerzas especiales rusas constituye una sólida prueba”, agregó.

Kiev, la Unión Europea y Estados Unidos denuncian la presencia de militares rusos en el este de Ucrania, pero Moscú lo niega categóricamente.

Las autoridades ucranianas mostraron el martes ante la prensa a dos soldados rusos presuntamente capturados en el Este separatista y ahora hospitalizados en Kiev, para intentar demostrar la implicación de Moscú en el conflicto.

Los servicios secretos ucranianos (SBU) invitaron a varios medios internacionales y representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la Unión Europea y de la ONG Amnistía Internacional para que conocieran a esos presuntos militares.

Las tensas relaciones de las potencias occidentales y Kiev con Rusia, acusada de intervenir en el este ucraniano apoyando a los rebeldes prorrusos ensombrecen la cumbre que los mandatarios de los 28 países de la Unión Europea y de seis exrepúblicas soviéticas mantendrán a partir del jueves.

En la anterior cumbre, celebrada en Vilna en noviembre de 2013, el entonces presidente ucraniano, el prorruso Viktor Yanukovich, se negó en el último momento a firmar un acuerdo de asociación con la UE, que finalmente ratificó en junio de 2014 el prooccidental Poroshenko.

Sin embargo, esta negativa originó, además de la caída de Yanukovich tras una oleada de protestas prooccidentales, la incorporación de la entonces península ucraniana de Crimea a Rusia y el inicio del conflicto en el este de Ucrania entre fuerzas leales a Kiev y separatistas prorrusos.