Las estrías son marcas que quedan en la piel, generalmente, como consecuencia de cambios de peso o un estiramiento brusco del tejido, como en un embarazo. Por lo mismo, históricamente han sido asociadas con las mujeres.

Aunque en los hombres son mucho menos frecuentes, hay algunos que las padecen por diferentes razones.

Un caso particularmente duro es el de Ryan Roschke, editor asistente del portal de entretenimiento estadounidense PopSugar, quien decidió revelar el secreto que se escondía debajo de su camisa.

“Desde que tenía 16 años, he odiado estar sin polera en público. Esto fue luego que un trastorno autoinmune repentino cambiara mi vida por completo. Mi cuerpo quedó devastado, mi espíritu destruido, y mis riñones bloqueados. Los doctores me pusieron un medicamento que expandió mi cuerpo, de forma rápida y sin cesar. Dentro de un mes, tenía profundas estrías irregulares talladas en mi piel”, confesó.

Roschke comentó que este calvario duró dos años, en los que pasó por “un diagnóstico erróneo, un sinnúmero de medicamentos, diálisis peritoneal, un diagnóstico adecuado, un nuevo tratamiento, remisión y, por último, un trasplante de riñón”.

“Mi hermano Jason, tranquilo pero valiente, me donó su riñón, y justo después de cumplir 18 años, mi pesadilla terminó”, contó.

Y aunque pudo salir airoso de este problema de salud, se quedó con algunos recuerdos: profundas cicatrices y estrías.

 Ryan Roschke

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“Las marcas eran de color morado antes de ponerse rosadas. También son translúcidas, se pueden ver las venas debajo de ellas. Pensaba que eran nudosas, monstruosas, y feas. Para las mujeres, las estrías son territorio abierto. Se quejan de ellas, se compran cremas de lujo para tratarlas, y juntas, tratan de abrazarlas. Pero como hombre, no tenía acceso al mismo diálogo abierto. Me sentía aislado por mis propios problemas corporales”, escribió Ryan.

El joven indicó que las cicatrices, “a veces nos definen, otras veces cuentan nuestras historias de guerra”, sin embargo, para él, las suyas susurraban cosas horribles. “Me dijeron que estaba fallado. Me dijeron que era inútil. Me dijeron que no merecía ser amado. Y durante mucho tiempo, yo les creí”, aseguró.

“No podía decidir qué era peor: Que la gente me preguntara por ellas o sentir la mirada silenciosa sobre mi mientras caminaba” en una piscina, señaló el autor.

Ryan dijo que por mucho tiempo le preocupó lo que lo demás pensaran o dijeran de él, por lo mismo recurrió a un cirujano plástico para borrarlas, pero el médico le informó que no tenía suficiente piel para que la operación resultara y que cualquier otra opción sólo reduciría su apariencia, pero nunca las eliminaría. “Al final, no parecía valer la pena. Sentía como que estaba evitando el problema real”, reflexionó.

 Ryan Roschke

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“Hoy, mis estrías han desvanecido considerablemente desde que se rompió mi piel hace casi una década. Y tengo que ser sincero: Todavía las miro de la misma manera. Todavía veo lo mismo en el espejo. No creo que son hermosas. Pero me he dado cuenta de que no tengo que pensar que son hermosas. No se trata de cómo se vean, sino de lo que representan. Estas ‘heridas’ son producto de la superación de una experiencia médica traumática. Muestran que sobreviví. Eso tiene un poder más grande que cualquier conclusión cosmética podría tener”, manifestó.

Roschke explica que lo que finalmente aprendió es que sus cicatrices nunca le serán indiferentes, pero que puede sentirse cómodo con ellas, y que le recuerdan que pudo haber sido peor, porque luchó contra una enfermedad potencialmente mortal.

“Para superar mis inseguridades, hablo más fuerte que mis estrías, reiterando las cosas que realmente necesito oír. Me digo que no me preocupe cuando me quito la camisa. Otros pueden mirar si quieren. Me digo a mí mismo que merezco ser amado, desenfrenadamente, y no necesito la validación de los demás para lograrlo. Me digo a mí mismo que no estoy dañado después de todo, sino que soy alguien con buen carácter y una historia significativa”, afirmó.

El editor también indicó que ahora cuando los extraños le preguntan qué le pasó, él responde con orgullo que es un guerrero. “Se trata de marcas de valentía, fuerza y resistencia. Me he ganado mis marcas literalmente. Érase una vez, un niño asustado que se enfrentó a una prueba terrible, y en vez de darse por vencido, se defendió y ganó. Y así es como yo aprendí a amar a mis estrías”, finaliza.

Ryan Roschke

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