La infección vaginal más común en las mujeres de entre 15 y 44 años es la vaginosis bacteriana (VB).

De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), se trata de un padecimiento “causado por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que cambian el equilibrio normal de las bacterias en la vagina”.

“La vaginosis bacteriana está asociada a un desequilibrio de las bacterias ‘buenas’ y ‘dañinas’ que normalmente se encuentran en la vagina de la mujer”, enfatizan.

En el organismo, indican que si bien no se sabe qué es lo que provoca la VB en algunas mujeres, “lo que sí sabemos es que tener una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales, y hacerse duchas vaginales pueden alterar el equilibrio de las bacterias en la vagina y poner a las mujeres en mayor riesgo de contraer vaginosis bacteriana”.

“Sin embargo, no sabemos cómo las relaciones sexuales contribuyen a la vaginosis bacteriana. La vaginosis bacteriana no se considera una ETS (Enfermedad de transmisión sexual), pero tener esta afección puede aumentar su probabilidad de contraer una ETS. La vaginosis bacteriana también puede afectar a las mujeres que nunca han tenido relaciones sexuales”, comentan.

Asimismo, aclaran que “las personas NO pueden contraer vaginosis bacteriana por el contacto con los asientos del inodoro, la ropa de cama o las piscinas”.

Junto con incrementar el riesgo de contraer ETS, según un artículo de la cadena británica BBC, cuando una vaginosis bacteriana no es tratada, puede llevar a partos prematuros e incluso infertilidad.

Con respecto a los síntomas, en CDC afirman que puede producir secreción vaginal blanca o gris y poco espesa, además de olor, dolor, picazón o ardor en la vagina. De hecho, “algunas mujeres tienen un fuerte olor a pescado, especialmente después de haber tenido relaciones sexuales. Es posible que también sienta ardor al orinar o picazón en la parte externa de la vagina o ambos síntomas”, complementan.

Pero no es así en todos los casos, pues algunas mujeres no presentan síntomas.

Eduardo Cortés, especialista en ginecologia y obstetricia del Kingston Hospital NHS Foundation Trust, en el Reino Unido, señaló a BBC que “hay evidencias que sugieren que si no se trata, la viginosis bacteriana, puede provocar problemas durante el embarazo”.

Entre las complicaciones está el parto prematuro, el aborto, la ruptura temprana del saco amniótico, y las infecciones de las membranas que forman el saco amniótico y el líquido amniótico, o del revestimiento del útero tras el parto.

“Durante el embarazo es normal que haya más secreción vaginal, pero en el momento en que la embarazada note algo inusual debería ir al médico”, expresó Cortés, añadiendo que es vital detectar la VB, pues “una vez diagnosticada (…) es muy fácil de tratar con antibióticos”.

Con respecto al incremento del riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, el médico explicó que “esto se debe probablemente a que un cambio en el equilibrio bacteriano dentro de la vagina reduce la protección contra estas enfermedades”.

Por otro lado, también existen evidencias de que la vaginosis bacteriana puede incrementar la posibilidad de padecer la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Esta última es una infección e inflamación que afecta al útero, las trompas de Falopio y/o los ovarios, que cuando se detecta a tiempo puede tratarse con resultados exitosos.

Sin embargo, cuando no se diagnostica en forma temprana la mujer tiene más posibilidades de quedar infértil. “Se estima que entre un 10% y 20% de las mujeres que padecen EIP, están a riesgo de desarrollar problemas de infertilidad”, dijo Cortés.

Algunos síntomas de la EIP son dolor en la pelvis o abdomen bajo, molestia o dolor durante las relaciones sexuales, sangrado entre períodos y después del sexo. Sin embargo, algunas mujeres no muestran síntomas.

Prevención

CDC afirma que si bien los médicos no saben exactamente cómo se llega a tener vaginosis bacteriana, recomiendan algunas medidas para disminuir el riesgo de presentarla.

Éstas consisten en:

- No tener relaciones sexuales.

- Limitar el número de parejas sexuales.

- No hacerse duchas vaginales.

Además, un estudio reciente de la Universidad de California citado por BBC estableció que las féminas que suelen usar gel o jabón para asear su zona íntima son más propensas a desarrollar VB.