Hace algún tiempo, la profesora de educación física Lidia Patricia Troncoso Moncada (50) “decretó” que tendría una gran casa para vivir junto a su familia y recibir a sus amistades, además de un auto nuevo. Y su anhelo ya se está haciendo realidad luego que ganara 591 millones de pesos en el Kino 1.674 de Lotería.

El referido sorteo se realizó el 30 de julio, pero sólo pasado un mes, Lidia se enteró que era una de los dos afortunados en la máxima categoría. Según cuenta, cada semana compra boletos de Kino y los guarda en diferentes rincones de su hogar, pero no siempre se acuerda de revisarlos y en muchas oportunidades le ha pasado que los encuentra cuando ya están vencidos y no le queda otra que tirarlos a la basura sin mirarlos para no sufrir una decepción.

Para su dicha, esta vez el cartón de la fortuna no alcanzó a expirar y fue gracias a un sueño que tuvo su pareja, Gerardo Valdivia (40), profesor de comunicación y lenguaje.

“Se despertó un día y me dijo que había soñado con un Kino de color azul. Yo me acordé que tenía como ocho boletos repartidos por la casa y los comencé a buscar. Me senté frente al computador para revisarlos y nada, nada, nada… hasta que en el sexto me apareció Felicidades, usted es ganadora de 591 mil pesos. Eso Leí yo. Le pedí a Gerardo que lo viera él y me dijo tú no sabes nada de matemáticas, te faltaron unos ceros. Son 591 millones. Llamamos a nuestros hijos Andrés (22) y Romina (13) para que también chequearan y era verdad”, recuerda.

Cuenta que decidieron no ir a trabajar al día siguiente y partieron todos tempranito, desde su hogar en San Bernardo, rumbo a la oficina central de Lotería en Providencia para confirmar el premio. A la semana siguiente estaban cobrando su cheque.

Según Lidia, “siempre había tenido la esperanza de ganar el Kino y ya tenía planeado lo que iba a hacer con la plata, lo tenía todo calculado, así que no me dio ningún patatús ni nada parecido. Todo fue bien normal. En el plano material, lo primero fue comprar una casa grande en Pirque, a la que estamos a punto de trasladarnos, y una camioneta Chevrolet del año para andar más cómodos”.

Como sabe que sin una buena inversión el dinero finalmente se acaba, también desea iniciar un emprendimiento que mezcle el ecoturismo y la medicina natural, y para eso acaba de adquirir un terreno en la zona de Parral. “Lo de las terapias alternativas se debe a que a mi padre, de 74 años, le detectaron un cáncer inoperable a la próstata a comienzos de año y como no nos convencía la medicina tradicional llegamos adonde un grupo que se dedica a la sanación holística sin fines de lucro. Gracias a una dieta desintoxicante a base de hierbas, mi padre se recuperó y los doctores tuvieron que aceptar el diagnóstico”, indica.

“La idea -apunta- es trabajar en esta área como una manera de devolverles la mano a quienes estuvieron detrás de la recuperación de mi padre y, por supuesto, también a Dios”.

Lidia estudió en la Universidad del Bío Bío, en Concepción, trabaja hace 16 años en el colegio King School de La Pintana y hace 11 que tiene “un matrimonio sin papeles” con Gerardo. Su hija Romina va en octavo básico y Andrés estudió traducción y ahora está dedicado a la danza urbana, gracias a la cual acaba de obtener un tercer lugar en un concurso de baile en Corea.