Los insurgentes sunitas consolidaron este sábado un poco más su control del oeste de Irak al conquistar un puesto fronterizo con Siria, y que representa un paso más para su proyecto de crear Estado islámico transnacional.

En las calles de Bagdad, miles de voluntarios respondieron al llamamiento del poderoso jefe chiita Moqtada Sadr para hacer frente a la ofensiva lanzada el 9 de junio por los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) en un país socavado por las divisiones confesionales.

El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, inició este sábado una gira que le llevará a Oriente Medio y Europa en una delicada misión destinada a sacar a Irak del caos.

Los insurgentes controlan ya Mosul, segunda ciudad del país, una gran parte de su provincia Nínive (norte), Tikrit y otros sectores de las provincias de Saladino (norte) Diyala (este) y Kirkuk (norte).

A sus conquistas territoriales se suma desde el viernes por la noche el paso fronterizo de Al Qaim, en la provincia de Al Anbar, uno de los tres puntos de paso oficiales en los 600 kilómetros de línea de demarcación totalmente porosa entre Irak y Siria.

Los otros dos están controlados uno por el ejército y otro por los kurdos.

Los yihadistas del EIIL, que ambicionan crear un Estado islámico en una zona a caballo entre los dos países, también están presentes en Siria, donde avanzaron el viernes en la provincia oriental de Deir Ezzor, logrando una importante victoria junto a la toma de Al Qaim.

DESFILE CHIÍTA

Tras la desbandada de las tropas iraquíes en los primeros días de la ofensiva yihadista en el norte, los jefes religiosos chiitas de Irak han instado a los ciudadanos a que se alcen en armas para ayudar a defender al país ante el avance del EIIL, que ha proclamado su intención de llegar a Bagdad y a las ciudades santas de Kerbala y Najaf, al sur de la capital.

El poderoso líder Moqtada al Sadr, que exhortó a la protección de todos los lugares sagrados en Irak, anunció la creación de una nueva fuerza, los Saraya al Salam (brigadas de la paz en árabe), formada con voluntarios.

En Sadr City, un barrio de mayoría chiita de la capital iraquí donde se ha reforzado la seguridad, miles de voluntarios han desfilado al grito de “Mahdi”, el 12º profeta para los chiies empuñando kalasnikov, fusiles de asalto y lanzacohetes.

Estos hombres se unen a los miles de iraquíes que ya se han prestado voluntarios para luchar contra los insurgentes tras la llamada del gobierno, pero especialmente de Ali al Sistani, el más alto dignatario chiita del país, una figura muy respetada.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha prometido enviar 300 asesores militares para ayudar al ejército a plantar cara a los yihadistas, pero por el momento ha excluido ataques aéreos.

EL EIIL, CERCA DE SUS OBJETIVO

Mientras tanto, los insurgentes tratan de avanzar en varios frentes. Además de Al Qaim, han tratado de tomar la ciudad de Tuz Jurmatu, a 175 km al norte de Bagdad, aunque las fuerzas kurdas se lo impidieron, según responsables.

El EIIL también trata de penetrar en la región de Baquba (a 60 km al norte de Bagdad), pero hasta ahora el ejército bombardea sus posiciones alrededor de esta región para impedírselo.

Pero el frente insurgente, integrado por varios grupos, entre ellos ex oficiales del ejército de Sadam Husein, grupos salafistas y elementos tribales, parece resquebrajarse.

El viernes por la noche, los combates entre elementos del EIIL y combatientes del Ejército de los adeptos de Nakshabandia (JRTN) en Hawija, en la provincia de Kirkuk, dejaron 17 muertos.

Aunque el enemigo es el mismo — el gobierno del chiita Nuri al Maliki– no todos tienen los mismos intereses.

El EIIL quiere imponer su visión extremista del islam, mientras que los otros grupos tienen más que nada desacuerdos políticos con el gobierno iraquí.

A nivel internacional se multiplican las peticiones de que se forme un gobierno de unidad nacional para sacar al país del caos.

Se acusa al primer ministro de haber marginado a la minoría sunita, alienado a sus socios kurdos y chiitas y de haber preparado el terreno para la ofensiva yihadista con una política confesional.

Para el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, el EIIL “está logrando su objetivo”. El grupo “acaba de ocupar sin dificultad una parte de Irak y está creando un Estado islámico que agrupa a una parte de Irak y una parte de Siria”.