Uno de los conceptos que más cuesta asimilar cuando hablamos de sismos es la escala con que se mide su magnitud. Esto porque la escala de magnitud local (también conocida como escala de Richter) no es aritmética sino logarítmica (también se la describe como exponencial), es decir, un movimiento de 4.0 grados no es el doble que uno de 2.0, sino que es 100 veces superior.
Por esto, las consecuencias de un sismo grado 6.0 a uno grado 7.0 pueden ser notablemente distintas.
Para comprender mejor este efecto, el sociólogo Mauricio Torres nos envía la siguiente imagen, que captó durante una visita al Kobe Earthquake Memorial Museum en la ciudad japonesa de Kobe.
En ella se representan mediante esferas las diferentes magnitudes de energía liberada que tiene cada sismo, pudiéndose comprender rápidamente por qué los sismos sobre 8.0 grados resultan tan devastadores.
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