Irán exhibió el lunes en Nueva York su voluntad de diálogo con las potencias occidentales, y Estados Unidos en primer lugar, sobre su controvertido programa nuclear, aceptando una reunión ministerial sin precedentes al margen de la Asamblea General de la ONU.

Las grandes potencias occidentales sospechan que Teherán busca dotarse del arma atómica a través de su programa de enriquecimiento de uranio, lo que las autoridades iraníes rechazan.

Esta desconfianza de la comunidad internacional ha dado lugar a una serie de duras sanciones contra Irán que han asfixiado la economía del país y a una parálisis en las negociaciones y los contactos de alto nivel.

Pero el jueves el canciller iraní Mohammad Javad Zarif se reunirá con sus homólogos del P5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania), entre ellos el secretario de Estado norteamericano John Kerry, algo sin precedentes desde que la cuestión nuclear se convirtió en un contencioso entre Teherán y Washington.

El ministro iraní saludó en su página de Facebook el encuentro que calificó de “positivo” con la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. “Yo le expliqué (…) el marco dentro del cual podría conseguirse una solución que permita respetar los derechos del pueblo iraní y levantar las sanciones”, escribió.

Kerry “se reunirá con sus homólogos del P5+1, así como con el ministro de Relaciones Exteriores iraní”, dijo por su parte el consejero adjunto de seguridad nacional estadounidense, Ben Rhodes.

La Casa Blanca no excluyó un encuentro entre el presidente Barack Obama y su homólogo iraní Hasan Rohani, que tienen previsto hablar el martes en la apertura de los debates de la Asamblea General de Naciones Unidas.

“Estamos abiertos a contactos con el gobierno iraní a varios niveles si cumplen sus obligaciones de responder a las preocupaciones de la comunidad internacional sobre su programa nuclear”, señaló en ese sentido Rhodes en el avión que transportaba a Obama desde Washington a Nueva York.

Rohani tiene organizada una reunión el martes con el presidente francés Francois Hollande, algo inédito desde 2005.

Los contactos a este nivel entre Irán y los occidentales son bastantes raros desde la revolución islámica de 1979.

Sin embargo, el nuevo gobierno iraní ha adoptado un tono conciliador, opuesto al estilo confrontativo del antecesor de Rohani, Mahmud Ahmadinejad.

Al anunciar la participación de Zarif en la reunión 5+1, Ashton calificó su entrevista con el ministro iraní de “buena y constructiva”.

“Quedé sorprendida por la energía y determinación del ministro”, declaró Ashton, subrayando de todo modos “el enorme trabajo por hacer”.

Entre las promesas y los gestos concretos

Desde que asumió el mes pasado, Rohani, electo con el apoyo de los reformistas, ha multiplicado las declaraciones de buena voluntad hacia Occidente.

El domingo, el nuevo mandatario iraní reafirmó que su país no quería fabricar la bomba nuclear, aunque dejó en claro el derecho de su país a poseer tecnología nuclear y enriquecer uranio en su territorio, cuestión clave de la desconfianza de Occidente.

La Casa Blanca respondió que las palabras no alcanzan y pidió gestos concretos.

Consultado sobre un posible encuentro “por azar” entre Obama y Rohani, lo que sería una primicia desde que Estados Unidos e Irán rompieron relaciones diplomáticas, Rhodes respondió: “No creo que nada se produzca de manera fortuita” en este tipo de cuestión.

Para los estadounidenses, la reunión del jueves “dará una indicación de la seriedad de las intenciones” de Teherán.

Las declaraciones iraníes deben ahora ir seguidas “de avances concretos”, declaró el ministro británico de Asuntos Extranjeros, William Hague.

El anuncio del acercamiento entre Irán y Occidente tuvo lugar el mismo día en que los iraníes asumieron el control de la central nuclear civil de Bushehr (sur), 37 años después del inicio de su construcción.

La central, cuya actividad está supervisada por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), no estará totalmente bajo control iraní hasta 2015.

Según los observadores extranjeros, Teherán otorga una gran importancia a este control, que muestra su capacidad de manejar tecnología nuclear civil para no tener que depender del exterior.