La lluvia continuaba cayendo este domingo en Colorado, dificultando los trabajos de búsqueda de unas 500 personas reportadas como desaparecidas en una de las peores catástrofes sufridas por este estado del oeste de Estados Unidos.

No obstante, las autoridades sugieren que se podría dar con el paradero de muchas personas que simplemente no pueden comunicarse con sus seres queridos debido a las fallas técnicas de las torres de comunicaciones.

Un balance provisorio da cuenta de seis muertos como consecuencia de lluvias que en pocos días llegaron a un nivel similar que las que caen en varios meses.

Una octogenaria arrastrada el domingo por el torrente en el condado de Larimer es la última víctima mortal registrada por las autoridades locales. El jueves, los socorristas habían encontrado tres cuerpos, el viernes un cuarto en el condado de Boulder y el sábado una mujer fue arrastrada por las aguas en estas última ciudad, totalmente anegada.

El diluvio puede prolongarse “varios días más”, según los servicios de meteorología.

“Hay 500 personas reportadas como desaparecidas o a las que no se puede hallar”, dijo el gobernador de Colorado John Hickenlooper. “Simplemente no sabemos dónde están, pero nos empeñamos en hallarlas”, agregó.

No es que estén necesariamente “en peligro”, sino que se hallan “desde hace dos o tres días sin electricidad, sin teléfono y sin conexión con Internet”, explicó Hickenlooper.

Aunque este fue el número establecido para el estado, el aguacil del condado de Boulder, Joe Pelle, la región más afectada, afirmó que los números cambiaban rápidamente: al mediodía la lista de desaparecidos había sido reducida a 326 frente a las 431 reportados antes, sin embargo no quedó claro si las cifras incluían a personas desaparecidas en otras partes del estado.

Torres de comunicación destruidas

Y con más agua cayendo sobre las zonas arrasadas por las inundaciones, la situación podría empeorar, afirmó Hickenlooper.

“Numerosas casan han sido destruidas, varias se desmoronaron y no pudimos entrar” a ellas, comentó el gobernador.

Con el suelo desbordado de agua “eso va a magnificar los problemas que hemos tenido hasta el momento”, afirmó en relación a Boulder.

“Es posible que haya más pérdidas humanas”, dijo por su lado a la prensa Pelle, pero “con un ejército de voluntarios y el socorro aéreo esperamos alcanzar a todo el mundo lo antes posible”, añadió.

Los refuerzos eran esperados luego de que el presidente Barack Obama decretara el estado de emergencia en Colorado y ordenara el envío de socorristas y medios suplementarios para asistir a las autoridades locales.

Pero las autoridades advirtieron que llevará varios días a los socorristas acceder a las zonas más aisladas.

Los trabajos de rescate se veían entorpecidos por la destrucción de numerosas torres de comunicación de telefonía móvil. Además se produjeron numerosos cortes de electricidad y las calles se han transformado en torrentes de agua.

Como quiera que sea, “esto es sin ninguna duda un acontecimiento histórico, que sucede una vez cada 500 o 1000 años”, dijo al Denver Post Sean Conway un alto funcionario del condado de Weld.

La lluvia comenzó en la noche del miércoles a inundar este estado de llanuras y altas montañas, alcanzando un acumulado de 18,3 cm en 15 horas en la ciudad universitaria de Boulder.

“Continuamos intentando evacuar pobladores”, señaló el gobernador Hickenlooper, quien indicó que alrededor de 2.000 personas ya lo habían sido sólo en los alrededores de Boulder.

Algunos habitantes fueron evacuados en helicóptero, como fue el caso de 200 personas en la ciudad de Jamestown, al noroeste de Boulder, donde las rutas están totalmente inundadas.

Jamestown, Lyons y Longmont se han visto transformadas en islas en medio de las aguas. En estas localidades, habitantes aislados por las aguas recibieron alimentos desde helicópteros.