Con motivo de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, el presidente Sebastián Piñera concedió una entrevista a la revista estadounidense Time.

Al respecto, el mandatario declaró que “ésta es una época muy oscura de nuestra historia. No deberíamos olvidarla (…) Todos tienen algunas lecciones que aprender. La única cosa que diría la izquierda es que nada de lo que pasó antes del 11 de septiembre de 1973 justifica lo ocurrido en cuanto a los abusos a los derechos humanos posteriores, y estoy completamente de acuerdo con ellos. Yo estuve en oposición al gobierno militar desde el primer día”.

Sobre la imagen del ex presidente Salvador Allende, Piñera aseguró que a su parecer, éste “no tenía ningún respeto por la ley”. Esto porque salió electo sólo con el 36% de los votos.

“Aunque el presidente Allende fue electo democráticamente, mi opinión es que comenzó sin respetar los principios democráticos”, sostuvo.

Por otra parte, Piñera relató cómo vivió el golpe de Estado, indicando que para esa fecha estaba en Estados Unidos, estudiantes en Harvard, y que al ver las imágenes del bombardeo por televisión “pensé que mi país se había vuelto loco”.

Además, descartó que algo similar al golpe de 1973 vaya a ocurrir otra vez, afirmando que “garantizo que si se repite la historia, nadie se comportaría de la forma en que lo hicieron 40 años atrás”.

“¡Ganamos!”: La otra versión contada por Forbes

Pero mientras el presidente Piñera aseguró a revista Time que él estuvo desde un comienzo en contra del Gobierno Militar, en 2011 la revista económica Forbes entrevistó a un compañero de estudios del mandatario en la Universidad de Harvard, quien aseguró que su reacción fue totalmente eufórica.

“Durante la clase de ese día, Sebastián obtuvo de alguna manera la noticia de que el presidente Salvador Allende había sido derrocado. Estaba jubiloso: ‘¡Ganamos!’, gritaba”, relató el el economista, abogado y periodista James S. Henry.

“Nuestro profesor de economía aparentemente compartía la felicidad de Sebastián. Como muchos otros economistas estadounidenses, él veía el golpe de Pinochet como una gran victoria para las doctrinas económicas neoliberales que habían predicado durante décadas los economistas de Chicago, como el profesor Friedman y Arnold Harberger; hasta entonces, sin mucha aceptación en el primer mundo”, añade.