El presidente sirio, Bashar al Asad, advirtió el jueves que su ejército se defenderá de cualquier ataque occidental, mientras los expertos de la ONU investigan hasta el sábado la supuesta utilización de armas químicas por parte de Damasco.

Mientras tanto, continúa el compás de espera en Occidente, donde parece demorarse la toma de una decisión sobre una operación militar contra Damasco.

La comunidad internacional está dividida entre opositores y partidarios del régimen de Asad, que quieren sobre todo esperar los resultados de la investigación de la ONU.

Si bien el presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó que su país considera que el gobierno sirio es responsable del presunto ataque con armas químicas del 21 de agosto en Damasco, el mandatario declaró que aún no ha tomado una decisión sobre un eventual ataque a Siria.

París y Londres acusan también al régimen sirio de estar detrás de ese ataque, aunque este jueves el ministro británico, David Cameron, admitió que “no existe un 100% de certeza”.

A la espera de una decisión, el Reino Unido desplegó seis aviones militares Typhoon en una de sus bases en Chipre, a un centenar de kilómetros de las costas sirias, mientras Estados Unidos envió al Mediterráneo cinco buques destructores equipados con docenas de misiles Tomahawk.

Por su parte, Rusia, país aliado del presidente sirio y contrario a una intervención en Siria, anunció también el envío de un buque antisubmarino y un barco lanzamisiles al Mediterráneo.

Asad, que niega haber usado armas químicas, advirtió que Siria se defenderá “de cualquier agresión” y que las amenazas “no hacen más que aumentar su apego a sus principios y a su independencia”.

“Siria, con su pueblo que resiste y su valiente ejército, está decidido a erradicar el terrorismo apoyado por Israel y los países occidentales”, declaró Asad ante una delegación yemení en Damasco, según la televisión estatal.

“El pueblo es garante de la victoria”, añadió, inquebrantable a pesar de las amenazas.

MEDIDAS DE SEGURIDAD REFORZADAS EN DAMASCO

Mientras, la capital siria se preparaba progresivamente para una confrontación contra los países occidentales, con inspecciones más estrictas en los puestos de control y medidas de seguridad reforzadas.

En los otros frentes en el país, los enfrentamientos entre los rebeldes y el ejército continúa. Desde marzo de 2011, la violencia en Siria ha dejado, según la ONU, más de 100.000 muertos.

Después de haber hablado de una acción inminente contra Siria, varios países occidentales, entre ellos Gran Bretaña, anunciaron que no procederán a una acción militar en Siria antes de conocer los resultados de la investigación que los expertos de la ONU efectúan en el terreno sobre el presunto ataque con armas químicas que dejó centenares de muertos, según la oposición.

El jueves, los expertos de la ONU llevaron a cabo una tercera jornada de trabajo en Siria en uno de los sitios afectados, después de haber sacado muestras de sangre, orina y cabellos de las víctimas del presunto ataque químico en la Ghuta oriental y occidental el miércoles.

“Continuarán con su investigación hasta mañana viernes, se irán de Siria el sábado por la mañana y me harán su informe en cuanto se hayan ido”, declaró en Viena el secretario general de las Naciones, Ban Ki-moon.

DIVISIONES INTERNACIONALES

En los últimos días, Estados Unidos levantó el tono contra el régimen sirio y una intervención armada parecía inminente. Sin embargo, Obama aseguró el miércoles que aún no ha tomado una decisión sobre un ataque, aunque descartó un “compromiso militar directo” de Estados Unidos en ese país.

Obama hizo estas declaraciones después de una reunión de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que, como era de esperar, no alcanzaron el miércoles un acuerdo sobre una propuesta de resolución británica que justificaba una intervención en Siria.

Reino Unido, que anunció que no procederá a una acción militar contra Siria antes de conocer las conclusiones de los expertos de la ONU, afirmó sin embargo que “estaría autorizado” a llevar a cabo “una intervención restringida” en Siria, incluso sin el visto bueno de la ONU, “en virtud de la doctrina de intervención humanitaria”.

El gobierno del conservador David Cameron sometía este jueves por la tarde al parlamento una moción que abre el camino a una intervención militar en Siria, que requeriría una segunda votación una vez los inspectores de la ONU publiquen sus conclusiones sobre el episodio.

Los laboristas, principal fuerza de la oposición británica, votarán contra una intervención en Siria en respuesta al uso presunto de armas químicas, dijo una fuente del partido bajo anonimato.

El presidente francés y la jefa del gobierno alemán esperan también el informe de los expertos de la ONU, aunque el mandatario galo, François Hollande, insistió en la necesidad de “marcar un alto en la espiral de violencia”.

El Vaticano estimó por su parte que “la vía del diálogo y de la negociación entre los componentes de la sociedad siria, con el apoyo de la comunidad internacional, es la única opción para poner fin al conflicto”.

Entre los aliados del régimen sirio, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Guennadi Gatilov, dijo que los proyectos occidentales de intervención en Siria son un “desafío” a los principios de la Carta de la de la ONU, y estimó que en el estado actual de la situación es necesario “dejar que los expertos de la ONU realicen su investigación”.

El jefe de estado mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Hassan Firousabadi, advirtió este jueves que una acción militar contra Siria dejaría a Israel “al borde de las llamas”.

Pero el presidente israelí, Shimon Peres, afirmó que en caso de amenaza, Israel responderá “con toda su fuerza”.