Un proceso innédito en Chile que se aplica casi como ensayo con una ley que se entiende como si fuera un primera vuelta y no como una opción para democratizar los espacios para y con la ciudadanía, la que dice, estar desencantada de la clase política. Ese es el escenario de las “primeras primarias”.

Existen varias dudas de lo que será este proceso que se realizará por primera vez en la historia de nuestro país. El primero de ellos y que mantiene con incetidumbre a Gobierno y Oposición: la participación.

Lo anterior teniendo en cuenta que en las elecciones municipales la concurrencia fue baja, o al menos, no logró las espectativas del Gobierno, y tampoco de la Oposición.

De ahí que sea prácticamente una élite la que elija a sus gobernantes, ya que sólo los “interesados” en la política son los que votan tras el sufragio voluntario, por lo que podría cuestionarse la representatividad del proceso

Por lo mismo los conglomerados políticos sen mantienen a las espectativa de cuántos serán los votos que obtendrán en las primarias. Lo que convoque cada pacto, Alianza y Nueva Mayoría son claves para ir despejando el escenario político.

De ahí que el factor climático sea importantísimo a la hora de votar. Si hace frío, llueve o hay sol, influirá en la participación.

Si bien en la oposición, existen varios ensayos de primarias, la noticia se centrará en quien sea electo para representar al pacto Alianza, Andrés Allamand o Pablo Longueira, esto porque por primera vez, y casi obligados por la ley, la derecha se abrió a este tipo de procesos.

Respecto del pacto Nueva Mayoría, podrían darse varios fenómenos, entre ellos la denominada “teoría del juego”, la que consiste en dar los votos a candidatos con menos opciones para restarle a quien podría llevar la delantera. Algo así como un voto de castigo.

Respecto a las cifras, es probable que la Nueva Mayoría obtenga más votos que el pacto Alianza, simplemente por una cosa de números. Michelle Bachelet, Andrés Velasco, Claudio Orrego y José Antonio Gómez podrían, eventualmente, sumar más que Pablo Longuiera y Andrés Allamand.

La disputa estará en el voto de centro, apetecido por estos días entre los candidatos y característico de este tipo de procesos donde el voto duro o fiel prácticamente no cambia el que se reduce a militantes de los partidos. Los votantes independientes entonces tienen la palabra y los indecisos finalmente son los que deciden e inclinan la balanza para un lado u otro.

En elecciones la Franja Electoral suele influir en los votos dispersos, sin embargo en esta oportunidad dicha instancia poco o nada podría analizarse, debido a la tramitación “a la rápida” en el congreso, lo que obligó a los candidatos hacer todo de la misma forma, “improvisando”, lo que se notó en la puesta al aire.

Otra de las interrogantes será el desempeño del Servicio Electoral y la capacidad que tengan para contar los votos, dejando de lado imprevistos como lo ocurrido en las elecciones municipales donde no se entregó la cifra real de las mesas válidamente escrutadas, lo que terminó en una complicación con polémica incluída.

Para los candidatos ese escenario podría transformarse en la oportunidad para cuestionar el proceso y dejar de cierta forma, “heridas abiertas”, en cada pacto.

Aún así el ambiente político al final de este día quedará “enrarecido” y si bien podríamos ver señales políticas de unidad ante un objetivo común, a puertas cerradas al interior de cada partido habrá que sacar conclusiones y analizar los resultados, para así conocer, con cifras en mano, las reales opciones de negociación entre perdedores y quienes ganen estas primarias.