El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advirtió este martes que teme que Siria se convierta en un “campo de batalla regional”, mientra Turquía se prepara para pedir a la OTAN el despliegue de misiles Patriot en su frontera.
En el terreno, los rebeldes tratan de conquistar una base de la aviación en Alepo (norte) mientras los enfrentamientos entre insurgentes y combatientes kurdos en Ras Al Ain, en el noreste, dejaron 29 muertos en 24 horas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En visita a El Cairo, Ban Ki-moon dijo que está “profundamente preocupado por la militarización continua del conflicto, las violaciones abominables de los derechos humanos y el riesgo de que Siria se convierta en campo de batalla regional”.
Por ello, instó a la comunidad internacional a que apoye los esfuerzos del emisario de Naciones Unidas y de la Liga Arabe, Lajdar Brahimi, para hallar una solución política “que responda a las aspiraciones legítimas del pueblo sirio”, y a intensificar su ayuda ante una “situación humanitaria que se deteriora”.
Por su parte, el jefe de la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, anunció que su país está en la “última fase” de las discusiones antes de transmitir a la OTAN una demanda formal para desplegar misiles Patriot en su frontera con Siria.
Los misiles tierra-aire Patriot “son una medida preventiva, específicamente orientada a la defensa”, declaró Davutoglu, al precisar que Ankara va “hacer una demanda formal en cuanto sea posible”.
Estos últimos meses, Turquía ha reforzado progresivamente su dispositivo de seguridad a lo largo de la frontera, a medida que la tensión se acentuaba con su vecino, en particular, después que un obús sirio mató a cinco civiles turcos a principios de octubre.
Un servicio de información rebelde
Al día siguiente del reconcimiento por la Unión Europea de la nueva Coalición de la oposición como “representante legítimo” del pueblo sirio, los rebeldes anunciaron la creación de un servicio de información para “defender la revolución” en un país donde el régimen ha espiado y atemorizado a la población durante medio siglo.
Pretende proteger a los “hijos de la revolución contra atentados, detenciones y asesinatos”, pero también buscar a los que en el seno de la rebelión perpetren excesos, según un vídeo difundido en YouTube por un portavoz del Ejército Sirio Libre.
En el terreno, se registraban combates al oeste de Alepo, la metrópoli del norte, para controlar la base aérea “Jeque Suleimán” que está actualmente en manos del ejército regular, según el OSDH.
El domingo por la noche, en la misma región, los insurgentes se apoderaron de la base 46, un importante campo de artillería de km2.
En Damasco, dos obuses de mortero dañaron el edificio del ministerio de Información, sin causar víctimas, informó la agencia oficial Sana.
En el noroeste, en Ras al Aín, cerca de la frontera con Turquía, violentos enfrentamientos oponen a rebeldes y combatientes kurdos, según el OSDH.
“Cuatro combatientes y un elegido local perdieron la vida en las filas kurdas y 24 rebeldes del Frente al Nosra y Gharba al Sham”, dos grupos islamistas radicales, declaró a la AFP el presidente del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Los combatientes kurdos pertenecen al Comité de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), brazo armado del Partido Unión Democrática Kurda (PYD), la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (rebeldes kurdos en Turquía). Están acusados por los rebeldes sirios de jugar el juego del régimen.
Según los militantes de la ciudad, 35 kurdos son prisioneros de los rebeldes y once insurgentes están en manos de los kurdos.
El lunes, 122 personas perdieron la vida en Siria, de ellos 57 rebeldes, según el OSDH, una ONG basada en Gran Bretaña, que recaba información de una red de militantes y fuentes médicas en todo el país.