Al menos 28 reos fallecieron y otros 17 resultaron heridos en el Centro Penitenciario de la Región Andina (oeste), en un conflicto que comenzó hace más de 20 días y culminó el pasado fin de semana, informó a la AFP la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).

Según cifras facilitadas por el OVP, “se contabilizaron 28 (reos) muertos y 17 heridos con nombres y apellidos, además de cinco heridos pertenecientes a la Guardia Nacional”, el cuerpo militarizado encargado de la custodia de las prisiones venezolanas.

El conflicto se originó con el asesinato de la jefa de personal de ese centro penitenciario, Paola Molina, el 25 de mayo. En las semanas siguientes, un grupo de presos -que según la fiscalía podrían estar involucrados en el homicidio de la funcionaria- tomó varias áreas del penal y sometió a otros reclusos.

Los rumores sobre el ingreso a la fuerza de las autoridades en medio del conflicto habrían intensificado los enfrentamientos a medida que pasaban los días, según la información que maneja el OVP.

La fiscalía, que anunció esta semana la imputación de más de 60 reos “por presuntamente ser responsables de los hechos ocurridos durante la toma de” esta prisión del Estado Mérida (oeste), no detalló en qué consistieron los acontecimientos ni si durante el conflicto hubo muertos o heridos.

Tampoco el Ministerio de Asuntos Penitenciarios ni ningún otro ente oficial han dado cifras de fallecidos tras el fin del conflicto.

Hace poco más de un año, otro prolongado motín en la cárcel de El Rodeo, a las afueras de Caracas, dejó una treintena de fallecidos y varios presos fugados. Este episodio ha sido el más sangriento en una prisión venezolana en la última década.

Las prisiones venezolanas, donde según organizaciones humanitarias mueren unos 300 reos al año como consecuencia de la violencia, sufren también de un gran hacinamiento. Según el gobierno, actualmente hay casi 50.000 reclusos, pero la infraestructura carcelaria sólo tiene capacidad para unos 14.000.