El Parlamento de Uruguay sancionó en la madrugada del martes una ley para acelerar la liquidación de la aerolínea uruguaya Pluna, cuya quiebra el 6 de julio provocó críticas sobre el origen de la insolvencia de la empresa y un “mea culpa” del vicepresidente del país.

La Cámara de Diputados aprobó el proyecto -que ya había sido votado la semana pasada en el Senado- con sólo los 50 votos del oficialista Frente Amplio (FA, izquierda), pese a los 92 legisladores presentes.

La ley acelera el proceso de liquidación de Pluna, regulando la venta de los activos de la compañía -siete aviones Bombardier CRJ900 que adquirió con el Estado uruguayo como garante- y la posterior negociación de las rutas aéreas, a cambio de la contratación de exempleados de la aerolínea.

Tras la subasta de los activos de Pluna, la prioridad de pago a los acreedores la tendrá el canadiense Scotiabank, con el que el Estado asumió la garantía de 130 millones de dólares para la compra de aviones.

En segundo lugar está el pago a los funcionarios de la aerolínea, cerca de 900 empleados enviados al seguro de paro.

Durante las 12 horas de debate parlamentario abundaron las acusaciones cruzadas entre gobierno y oposición sobre el origen de la crisis de la empresa.

El oficialismo, que defendió el proyecto, atribuye el inicio de los problemas financieros de Pluna a su asociación con la brasileña Varig en 1995, que terminó tras la quiebra de ésta en 2006.

La oposición, en tanto, cuestiona el acuerdo alcanzado en 2007 por el gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010), el primero de izquierda en la historia del país, con el consorcio privado Leadgate, que se retiró a mediados de junio pasado por su negativa a capitalizar la empresa insolvente.

En una columna difundida en la madrugada del martes en el sitio Uypress, el vicepresidente Danilo Astori y ministro de Economía durante el gobierno de Vázquez dijo que se equivocó al apoyar la asociación con Leadgate.

“He seguido con mucha atención y tensión toda la situación que se vive en torno a Pluna y quiero asumir plena y totalmente mi responsabilidad: me equivoqué”, reconoció Astori.

“Asumo mi responsabilidad, pero agrego que era difícil para el primer gobierno de izquierda afrontar la dura alternativa que teníamos en 2007: cerrar Pluna o seguir quemando decenas de millones de dólares al año, con gestión estatal, cuando recién estábamos saliendo de la peor crisis de nuestra historia contemporánea”, indicó.

El hecho de que se presentara un solo interesado (Leadgate) “potenciaba” las dificultades, afirmó, señalando que “la gestión de Leadgate no fue la que el país esperaba y necesitaba”.

Según el vicepresidente, el gobierno de Vázquez recibió una compañía aérea “vaciada y fundida”, con cuatro aviones 737-200 desvencijados y pérdidas mensuales de 2 millones de dólares.

Astori respaldó la decisión del actual gobierno de liquidar Pluna, “la única salida que preserva los intereses nacionales” y permite “evitar nuevas y mayores pérdidas para el país”.

El Frente Amplio rechazó el lunes la instalación de una comisión investigadora en el Senado y se pronunció por enviar los antecedentes del caso a la Justicia que se ocupa del crimen organizado, donde desde fines de mayo ya hay una denuncia presentada por el opositor Partido Nacional.

Según el senador nacionalista Carlos Moreira, impulsor de esa denuncia, el pasivo de la empresa al 31 de marzo pasado era de 379 millones de dólares, 78 millones más que nueve meses antes.

La paralización de Pluna -con 253 vuelos semanales a Argentina, Brasil, Chile y Paraguay- ha dejado a decenas de miles de pasajeros en tierra y también ha provocado que Candysur, empresa que brinda servicios en el aeropuerto de Montevideo, anunciara el despido de 40 empleados y el envío al seguro de desempleo de 25 por la disminución de la actividad.