Las Damas de Blanco de Cuba advirtieron este domingo al gobierno de Raúl Castro que continuarán su lucha por la liberación de todos los presos políticos y el respeto de los derechos humanos, en su primera marcha en La Habana tras la muerte de su líder Laura Pollán.

“Que sepa bien el gobierno cubano que estamos fuertes y que vamos a continuar esta lucha pacífica por la libertad de los presos políticos, pero también por los derechos humanos”, dijo la nueva líder del grupo de mujeres, Berta Soler, a la prensa al iniciar su habitual caminata dominical por la Quinta Avenida de La Habana.

Encabezadas por el esposo de Pollán, el ex preso político Héctor Maseda, unas 60 integrantes marcharon este domingo, acompañadas por primera vez por unos 40 hombres, lo que convirtió a esta caminata en la mayor que hayan realizado en la capital cubana desde que el grupo fue creado en 2003.

“La lucha empezó en 2003″ luego del arresto y condena de 75 opositores, que eran maridos o hijos de las Damas, “y va a continuar con Laura físicamente o no”, añadió Soler, de 48 años, tras ir a misa en la Iglesia de Santa Rita, ubicada sobre la céntrica avenida.

Pollán, de 63 años, murió el viernes a causa de un paro cardiorrespiratorio en el hospital Calixto García de La Habana, una semana después de haber sido internada. Sus restos fueron cremados según su última voluntad, tras ser velados durante unas dos horas por su familia.

Las Damas de Blanco, Premio Sajarov-2005, ex presos políticos y opositores en general, le organizaron un ‘funeral’ simbólico en su casa, en el barrio de Centro Habana, que se extenderá hasta el lunes.

“Hemos perdido físicamente a Laura Pollán, la líder”, pero (ella) está en nuestros corazones y está espiritualmente con nosotras”, dijo Soler. “El mensaje al gobierno es que vamos a continuar”, subrayó.

El gobierno considera a las Damas de Blanco “punta de lanza” y “mercenarias” pagadas por Washington como política de subversión hacia la isla.

Según activistas de derechos humanos, medio centenar de presos políticos quedan en las cárceles de Cuba, tras la excarcelación de 130, incluidos los últimos 52 de los 75 disidentes presos en 2003, como fruto de un inédito diálogo entre el gobierno y la Iglesia, instalado en mayo de 2010.