Dadas las muchas variantes del baile típico nacional, no es correcto hablar de “la cueca”, sino de “las cuecas”, que van desde la nortina hasta las del extremo sur, pasando por la Cueca Chora y por supuesto, la Porteña.

La historia señala que fue elegida como el baile nacional en los albores de la independencia, buscando un baile que nos diera identidad y que marcara la diferencia de un colonialismo que se quería erradicar.

Se eligió ésta, pues era el baile de moda en las chinganas de inicios del siglo XIX. Es decir, si hoy hubiésemos elegido independizarnos, se hubiese elegido el reggaeton o el ritmo de los Wachiturros, por ejemplo, y claro, guardando las proporciones.

En el programa A Toda Radio de Bío-Bío Valparaíso y Viña del Mar conversaron con Joyce Valdebenito y Óscar Salas, estudiosos de las cuecas y expertos de la denominada Cueca Porteña.

La porteña tiene una serie de ingredientes que la hacen particular. No se requiere un atuendo especial, tiene tintes del tango, la salsa y aquellos ritmos afroamericanos que con fuerza se enraizaron en Valparaíso, ciudad que era la puerta de entrada al pacífico y por donde pasaban y alojaban por meses y hasta años los esclavos que eran traídos a América.

Es por eso que en estas fiestas patrias, la Cueca Porteña será declarada patrimonio intangible de la humanidad y del puerto, y por primer año será en Valparaíso el baile oficial.

Escuche la entrevista realizada por Karen Cortés y Mauricio Barrientos: