Desde hace bastante tiempoFue con el gobierno de la ex presidenta Bachelet, donde toma mayor fuerza el movimiento social, incluso se argumentó que la ex mandataria no tendría la suficiente mano firme para controlar a los grupos de presión incluso el propio P.S. temía que eso fuera posible, por su condición de mujer.
Expresión ciudadana existió y fuerte, comenzó con el movimiento de Los Pingüinos y de diversas organizaciones y malestar por la implementación del Transantiago, sin embargo, no fue necesario ni recurrir a la fuerza desmedida de las Fuerzas Especiales de Carabineros, ni amenazar con la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado, al contrario, lo que hizo la ex presidenta fue conformar equipos de trabajo, abrir las puertas de los diversos Ministerios y generar espacios de discusión sobre cada tema que levantaba la ciudadanía. Con tono calmo y sutil dio conducción a un gobierno representativo de una coalición de partidos que obviamente no interpretaban el sentir ciudadano, no obstante termino su mandato con una aprobación sobre el 70%.
La educación está en crisis, como si fuera el gran descubrimiento del siglo XXI y no es así, la educación en Chile siempre ha estado en crisis para los sectores más postergados de la sociedad ha sido el mal endémico de nuestro país. Perdonen que haga alusión a un caso particular; en mi familia, no obstante la baja instrucción de mis padres, un obrero y una lavandera, sin embargo estaban orgullosos, de que 3 de sus 9 hijos pudieron estudiar y hoy ser profesionales, uno de ellos, con mas de 50 años todavía paga un crédito universitario y éste no es una caso aislado, es la generalidad de las familias de escasos recursos que lograron llevar a sus hijos a la educación superior.
Entonces lo que hace el movimiento estudiantil, el movimiento social, es despertar una demanda postergada, la de mejorar las condiciones de vida y disminuir la desigualdad histórica en la que hemos vivido siempre.
Ahora los que levantan las banderas de una realidad escondida o ignorada, son las nuevas generaciones, casi todos desvinculados de los partidos políticos tradicionales
Por su parte el Gobierno, fiel a su estructura, desestima los movimientos sociales (antes también), intenta empequeñecerlos, acusan de intransigente a los jóvenes, les entregan propuestas, que saben serán rechazadas, utilizan los medios tradicionales para disuadirlos, sin considerar la naturaleza éstos jóvenes y sus profundas convicciones, democráticas y progresistas. La naturaleza de los jóvenes y todos lo fuimos, es intransigir hasta conseguir la victoria, así se terminó con la dictadura, a eso agreguemos las nuevas tecnología y el uso eficiente de las redes sociales.
De otro lado, está la oposición, los partidos de oposición, desconectada de la realidad concreta, sin poder de conducción, los nuevos líderes, no responden a la conducción clásica y nuestros partidos no están a la altura de los acontecimientos, las estructuras que cada uno tiene son un fracaso, las Directivas que dicen conducir, determinan en Congresos o Asambleas sus caminos y antes de concluir cada instancia partidaria, aparece uno u otro parlamentario contraviniendo los acuerdos, así de claro, PARLAMENTARIOS, a quienes todos apoyamos para ser electos, actúan como un poder marginal.
Juan Álvarez Santana
Consejero Regional Aysén