Renault designó este lunes al portugués Carlos Tavares como número dos, lo que debería permitir olvidar el escándalo de espionaje que sacude desde hace meses al fabricante francés de autos y que resultó ser falso, y centrarle en el desarrollo de su nuevo plan estratégico.

Tavares ha sido designado director general delegado de operaciones por el Consejo de Administración extraordinario que realiza la empresa este lunes, informaron a la AFP fuentes próximas a la misma.

El nuevo directivo era el gran favorito para suceder a Patrick Pélata, que tuvo que dimitir en abril a causa de la calamitosa gestión por el fabricante del falso caso de espionaje.

A los 52 años, el responsable de Nissan para América, de origen portugués, se convierte en el nuevo brazo derecho del brasileño Carlos Ghosn.

“Tiene como objetivo el crecimiento de Renault, relanzar el grupo y sus marcas en el extranjero y defender a la empresa en términos de reestructuración industrial”, según una fuente.

Tavares conoce bien el fabricante francés donde trabajó 23 años antes de pasar a su socio japonés.

Se trata de un “ingeniero brillante, ejecutivo pero educado”, según personas que lo conocen.

El nuevo número dos tendrá la tarea de pasar página del caso de espionaje que surgió en enero y desestabilizó a la dirección de la empresa.

Las acusaciones de espionaje industrial, que resultaron ser falsas, contra tres altos directivos y las revelaciones sobre la forma en que se llevó a cabo la investigación realizada por el servicio de seguridad interna de Renault crearon un clima de desconfianza.

Este fiasco también tensó las relaciones entre el fabricante francés y su principal accionista, el Estado, que cuenta con el 15,01% del capital, y que desea tener más peso en la estrategia industrial del grupo y, de paso, controlar más a Ghosn.