El nuevo fósil de dinosaurio hallado en la Patagonia (sur) argentina es una especie desconocida que explica el origen de los gigantes herbívoros que habitaron la Tierra hace 170 millones de años, dijo este miércoles a la AFP el investigador que participó del descubrimiento.
“La importancia del hallazgo es que se trata de una nueva especie. Nos ofrece datos sobre el origen de los dinosaurios saurópodos, de cuello y cola largos, herbívoros, y que fueron los seres más grandes en la historia de la Tierra”, dijo Diego Pol, científico del Museo Paleontológico Egidio Feruglio.
El animal que mide unos 3 metros de longitud fue bautizado Leonerasaurus Taquetrensis y se trata de una “especie muy primitiva, de 180 millones de años que ayuda a entender el árbol evolutivo de los gigantes que aparecieron después”, según Pol.
Argentina se convirtió hace años en un ‘Parque Jurásico’ por los descubrimientos de fósiles de saurios, entre ellos el Argentinosaurus Huinculensis, de 98 millones de años, el herbívoro más grande hallado en el mundo.
Réplicas del Argentinosaurus (40 metros de largo) y del Giganotosaurus Carolinii (13,5 metros de longitud), considerado el dinosaurio carnívoro más grande del mundo, mayor incluso que el Tyranosaurus Rex, forman parte de una muestra itinerante que actualmente se ofrece en ciudades de Alemania.
“Del Leonerasaurus se encontró buena parte del esqueleto. Falta algo del cráneo y la cola. Pero está la columna vertebral, la cintura, patas delanteras y traseras”, dijo Pol, investigador del organismo estatal de investigaciones científicas Conicet en Trelew, a 1.400 Km al sur de Buenos Aires.
El Leonerasaurus fue hallado en un yacimiento de la era Jurásica ubicado en las sierras patagónicas de Taquetrén, que le dieron su ‘apellido’ al fósil.
“No se conocía nada igual en ningún lugar del mundo”, agregó Pol, quien realizó el hallazgo junto con un geólogo y un becario del Conicet.
En este paraíso de los paleontólogos, fue hallado en 1988 el ejemplar más completo de Sudamérica, bautizado Rebbachisaurus Tessonei, un herbívoro de tamaño medio, de unos 10.000 kilos y 17 metros de largo, que solía ser un manjar devorado por el enorme Gigantosaurus, según los investigadores.
Los parientes estadounidenses de estos colosos son el Brachiosaurus, el Camarasaurus y el Diplodocus.
El Leonerasaurus está considerado un ‘eslabón perdido’ que vincula a los antiguos y pequeños prosaurópodos con sus hermanos mayores, los saurópodos.
El descubrimiento fue publicado en la revista científica Plos One.