El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi, acusado por la fiscalía de prostitución de menores y abuso de poder, insultó a un periodista de la televisión que conducía un programa sobre el caso y llegó a calificar el programa de “prostíbulo televisivo”.

“Infame”, “repugnante”, “despreciable”, fueron los insultos que Berlusconi lanzó por teléfono al periodista Gad Lerner, presentador del programa L’Infedele, a quien acusó de “deformar la realidad” y usar “falsas tesis, lejanas de la realidad y de la verdad”.

El jefe de gobierno, que perdió completamente el control, intervino en el programa de forma espontánea para defender sin freno a una de las involucradas en el escándalo, la técnica dental y asesora de su partido Nicole Minetti, de 26 años, acusada también de inducción a la prostitución y de reclutar a las jóvenes que participaban a cambio de dinero en las fiestas privadas del multimillonario primer ministro.

Durante la breve llamada, Berlusconi ofendió a las invitadas al debate tachándolas de “esas llamadas señoras”, por lo que el conocido conductor reaccionó lanzándole: “Usted es un maleducado”.

Es la tercera vez en 10 meses que Berlusconi incursiona en forma espontánea en los programas de televisión, aunque hasta ahora había evitado mostrar tanta ira y desprecio.

“Berlusconi sobrepasó todo límite”, atacó la oposición de izquierda, entre ellos Giuseppe Fioroni y Rosy Bindi del Partido Democrático.

“Se trata de una grave agresión, estamos poniendo en juego el sentido democrático de la nación”, afirmó Leoluca Orlando, de Italia de los Valores.

Para los ex aliados de derecha de Futuro y Libertad, el jefe de gobierno “usa un tono amenazante, sin medida”, mientras la formación gubernamental, el Partido de la Libertad, “justificó” la intervención televisiva de su líder.

El jefe de gobierno italiano se encuentra en medio de uno de los peores escándalos de su carrera política tras haber sido acusado el 14 de enero por la fiscalía milanesa de prostitución de menores y abuso de poder.

El primer ministro es investigado por el caso de la joven marroquí, conocida como “Ruby robacorazones”, a quien se le atribuye haber mantenido relaciones sexuales pagadas con el jefe de gobierno cuando era menor de edad.

Berlusconi negó las acusaciones y contraatacó a los jueces, a los que acusó de perseguirlo “injustamente” con “fines políticos”.

Las revelaciones diarias de detalles escabrosos de los festines, con conversaciones picantes y las modalidades de pago a las jóvenes que asistían a su residencia privada de Milán, han afectado la imagen del primer ministro conservador, de 74 años, y empedernido mujeriego.