Indígenas, productores y especialistas defienden el mascado de la hoja de coca como una práctica preincaica en Bolivia, adonde acudió un estadounidense que busca aprovechar las propiedades medicinales de la planta, cuando se acerca el plazo para que la ONU decida su despenalización.

El estadounidense Kenneth Headrick, un californiano de 61 años que radica desde hace cuatro en Bolivia, ha acudido a la Asociación de Productores de Coca (Adepcoca), el sindicato más fuerte que distribuye la planta al mayoreo en La Paz, con una propuesta para industrializar la coca con fines medicinales y terapéuticos.

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bjaglin | Flickr

Uno de los productos que quiere comercializar es un medicamento con base en la coca para dolores o artritis, que ha probado en un hospital de El Alto (ciudad vecina a La Paz).

“La coca tiene increíbles propiedades, no se conoce ni un solo caso de muerte por la masticación de la hoja de coca en los miles de años de utilización”, dice a la AFP Headrick, un hombre delgado, de lentes, ojos claros y semicalvo.

Headrick relata que cuando vivía en Estados Unidos tenía familiares adictos a la cocaína. “Cuando empecé a leer sobre la coca vi que tenía increíbles propiedades, y cuando vi que había un presidente que defendía la hoja, me vine a Bolivia”, cuenta.

Menciona que en Estados Unidos cada año mueren 400 mil personas por consumo de tabaco y 100 mil por alcohol, pero que estos productos no son penalizados.

El reconocido médico y siquiatra boliviano Jorge Hurtado señala que “la hoja de coca contiene más vitamina A que ninguna fruta… y el doble de calcio que la leche”, señala.

Por esa razón la hoja de coca es muy utilizada por los mineros, que tienen largas jornadas de duro trabajo en los socavones.

Por sus propiedades el gobierno boliviano ha emprendido esfuerzos hacia la industrialización de la coca, y es en ese marco que dos bebidas gaseosas han salido al mercado incluyendo la Coca Colla, una bebida negra que le quiere hacer competencia a la Coca Cola.

‘Con todos los argumentos medicinales, alimenticios y religiosos, el gobierno boliviano pidió hace 18 meses a las Naciones Unidas despenalizar la masticación de coca.

El plazo se vence a finales de enero pero ya Estados Unidos objetó la propuesta boliviana, con la cual la prohibición se mantendrá.

El propio gobierno boliviano reconoce que parte importante de la producción va a la fabricación de cocaína y que tiene grandes dificultades para combatir los cultivos que nutren el ilegal y multimillonario negocio.