El senador del MAS, Alejandro Navarro, dijo que el “estado de sitio levantado por la intendenta Van Rysselbeghe en torno a la mina Chiflón del Diablo amerita estudiar acusación constitucional”.

Junto con afirmar que “el desalojo de las personas que estaban apoyando la huelga de las 33 mujeres en el Chiflón del Diablo en Lota, es una muestra más del doble discurso de un gobierno que tiene dos caras”, el senador Alejandro Navarro dijo que “mientras por un lado tiene una cara amable que habla de diálogo, la otra, paralelamente desarrolla operaciones de inteligencia social demasiado parecidas a las que hacía Pinochet, lo que los aleja bastante de su discurso sobre la existencia de una nueva derecha”.

El parlamentario señaló que “no se puedE aceptar como normal esta actitud de alta traición que la Intendenta ha tenido con las mujeres en huelga, ya que por un lado permite que la gente se instale en las cercanías de la mina a condición de que no hayan problemas de orden público y luego envía a la fuerza pública a desalojar a hombres y mujeres que nada estaban haciendo, afectando incluso a la diputada Clemira Pacheco. Vamos a pedir la revisión del procedimiento policial y que los responsables asuman sus decisiones”.

“Lamentablemente -añadió- estamos efectivamente ante una nueva forma de gobernar que margina al mundo social de su diseño, que quiere gobernar por decreto, sin intermediarios, sin representantes ni organizaciones, dejando de lado incluso a los alcaldes y los parlamentarios, especialmente si no son de su sector. Esa lógica, que la Intendenta Van Rysselberghe representa cabalmente, no impedirá que la gente siga manifestándose, obligando a que las respuestas sean cada vez más fuertes”.

Navarro indicó que “además, no tiene nombre el estado de sitio que han decretado en torno a la mina Chiflón del Diablo, seguramente preparando el desalojo por la fuerza de las mujeres en huelga, con un cerco policial que impide incluso el paso a los parlamentarios amerita que se estudie una acusación constitucional contra la intendenta, porque su prepotencia y autoritarismo en este caso ha pasado a llevar incluso el diálogo que mantenía el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Ricardo Ezzati”.