El euro subía este lunes en Tokio tras la decisión de la Unión Europea y del FMI de responder favorablemente a una solicitud de ayuda financiera de Irlanda.

A las 14:00 horas (01:00 en Chile), el euro se cotizaba a 1,3756 dólares, contra 1,3673 el viernes a las 22:00 GMT en Nueva York.

El euro también subía respecto a la divisa japonesa, a 114,73 yenes en lugar de 114,11 el viernes en Nueva York.

La Unión Europea y el FMI respondieron favorablemente la noche del domingo a una solicitud de ayuda que puede llegar a representar 90.000 millones de euros en favor de Irlanda, que será el segundo país de la zona euro que beneficie este año de un apoyo, después de Grecia.

La ayuda a Irlanda “está justificada con el fin de proteger la estabilidad financiera de la UE y de la zona euro”, declararon en un comunicado los ministros de Finanzas de la zona euro y de toda la Unión Europea al término de una reunión convocada con urgencia en el mismo momento que Dublín hacía oficial su petición de ayuda.

El FMI expresó su disposición a contribuir con un préstamo a varios años vista.

Los operadores del mercado de divisas parecían aliviados por estos nuevos acontecimientos.

No obstante, la necesidad de Irlanda de recurrir a esta ayuda sigue siendo un mal augurio para la moneda única europea, cuya subida debería ser limitada, comentó Alex Sinton, un agente del banco ANZ, citado por Dow Jones Newswires.

El euro había bajado claramente frente al dólar desde hace dos semanas, por debajo de 1,40 dólares e incluso un momento a menos de 1,35 dólares, por la inquietud que inspiraba a los inversores la salud presupuestaria de Irlanda.

La partida de 90.000 millones de euros es una suma parecida a la concedida a Grecia la pasada primavera. Atenas obtuvo un préstamo de 110.000 millones de euros a tres años, al encontrarse entonces en la imposibilidad de conseguir préstamos con intereses abordable para refinanciar su deuda.

El objetivo es similar en el caso de Irlanda, pero esta vez se trata de ayudar sobre todo a los bancos irlandeses en crisis, a los que Dublín pasó 50.000 millones de euros con el consiguiente salto de su déficit público: un 32% del producto interior bruto esperado este año.