Por primera vez en la historia, soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desfilarán en la Plaza Roja en Moscú este domingo, en ocasión del 65º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, desfile que será el más grande desde la desaparición de la URSS.

Plaza Roja /Imagen: globedia.com

Plaza Roja /Imagen: globedia.com

Unos veinte jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el chino Hu Jintao, el francés Nicolas Sarkozy o la alemana Angela Merkel, asistirán a este desfile digno de la época de la ex URSS con viejos tanques soviéticos T-34, misiles perfeccionados e innumerables piezas de artillería.

En total unos 10.000 soldados rusos serpentearán la Plaza Roja, secundados por unos mil militares de 13 países, entre ellos de Francia, Gran Bretaña, Polonia y Estados Unidos, algo inédito para estos países miembros de la OTAN, organización considerada por Moscú como la primera amenaza a su seguridad.

Los pilotos del Escuadrón de Caza Normandie-Niemen, un destacamento del primer batallón de infantería de la Guardia Galesa británica, soldados del 18º regimiento de infantería estadounidense y militares polacos respondieron afirmativamente a la invitación del Kremlin.

Su anunciada participación provocó la ira de los comunistas rusos, hostiles a la presencia de la “canalla OTAN” en el corazón de la capital rusa.

Rusia, orgullosa por la “gran Victoria” soviética sobre los nazis, está sumergida en una fiebre militarista con los preparativos de este acontecimiento para el que las autoridades no escatimaron recursos.

En Moscú se desplegaron carteles y banderolas con las palabras “feliz fiesta de la Victoria”. Cintas negras y naranjas, símbolo del coraje de los combatientes, fueron distribuidas masivamente a la población, y los canales de televisión pro gubernamentales dedicaron una amplia cobertura al evento.

La municipalidad de Moscú planeaba incluso instalar carteles evocando el rol del dictador Joseph Stalin, considerado por muchos rusos como el arquitecto de la victoria, pero finalmente renunció a llevar a cabo este proyecto controvertido.

“Nuestro pueblo ganó la guerra más cruel del siglo XX, salvó a su país y a Europa del fascismo, y nos ofreció a todos el futuro”, declaró recientemente el presidente ruso, Dimitri Medvedev.

Esta victoria es el “principal símbolo, el fundamento de la identidad nacional rusa”, explicó a la AFP el director del instituto de sondeos ruso Levada, Lev Gudkov.

Mientras que la cantidad de ex combatientes de este conflicto aún con vida disminuye cada año, la importancia de las celebraciones de la “gran Victoria” crece cada vez más.

“Las autoridades utilizan este recurso (…). La Victoria debe probar nuestra superioridad”, destaca Gudkov.

Entre 2000 y 2008, el ex presidente Vladimir Putin, hoy primer ministro, “explotó a fondo” esta gran fecha para recordar a los rusos la gloria de antaño de su país, subraya este experto.

A Putin se le debe el regreso de los tanques y otros materiales militares imponentes a la Plaza Roja, ausentes en los desfiles desde el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991.

Y para asegurar que el gran desfile del 9 de mayo se desarrolle con un resplandeciente sol, una decena de aviones militares desprenderán en el cielo de Moscú 25 toneladas de ácido carbónico y 1.200 litros de nitrógeno líquido para dispersar las nubes, una operación cuyo costo se estima en 45 millones de rublos (1,7 millones de euros).

Este aniversario será celebrado en numerosas ciudades de Rusia como cada 9 de mayo, fecha oficial en Rusia del cese de hostilidades entre la URSS y Alemania en 1945, que puso fin a un conflicto en el que murieron 26,6 millones de soviéticos, según las autoridades rusas.