El cardenal cubano Jaime Ortega calificó de “penosos” los actos de hostigamiento contra las Damas de Blanco, esposas y madres de presos políticos, a quienes el gobierno y simpatizantes les impiden marchar.

Imagen: cubaencuentro.com

“No es el momento de atizar las pasiones. Por eso resultan penosos los actos de repudio hacia las madres y esposas de varios presos, a las cuales se unen ahora otro grupo de mujeres, conocidas todas como las Damas de Blanco”, afirmó el cardenal, en la edición digital de este lunes de la revista católica Palabra Nueva.

Ortega dijo ver con “sorpresa” que, tras los fuertes actos de repudio de 1980 contra quienes partían en el éxodo de El Mariel, esas “acciones comenzaron a aparecer de nuevo en la escena nacional”, así como también en Miami (EEUU) en rechazo a artistas que apoyan la revolución.

“No debe quedar en nuestra historia como pueblo este tipo de intolerancia verbal, y aún física, como rasgo característico del cubano. De hecho son siempre pocos quienes escenifican estos actos que no indican el sentir de la mayoría”, agregó.

Agentes de seguridad y simpatizantes del gobierno impidieron el domingo la marcha habitual en la Quinta Avenida (oeste de La Habana) de las “Damas de Blanco” en reclamo de la liberación de 75 opositores arrestados y condenados en 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel.

Los seguidores del gobierno mantuvieron casi tres horas rodeadas a una decena de “Damas de Blanco” y les gritaron “mercenarias”, “terroristas”, y vivas a Fidel y Raúl Castro, hasta que finalmente las mujeres debieron partir a sus casas en un autobús.

“La Iglesia ha hecho históricamente todo lo posible porque sean puestos en libertad, no sólo los enfermos, sino también otros”, dijo Ortega sobre los presos políticos, e hizo un llamado “a todos a la cordura y a la sensatez para que se pacifiquen los ánimos”.

La Habana acusa a las Damas de Blanco de “punta de lanza” de una campaña de Estados Unidos para desestabilizar a la revolución, sobre todo tras la muerte el 23 de febrero del preso opositor Orlando Zapata luego de casi tres meses en huelga de hambre y el ayuno que mantiene el disidente Guillermo Fariñas hace más de 50 días.