La escudería italiana Toro Rosso, que se separó del equipo Red Bull por cuestiones reglamentarias, aborda la presente temporada de Fórmula 1 con gran humildad por sus limitados recursos financieros, señalaron este lunes sus dirigentes en Valencia.

Toro Rosso

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El constructor automovilístico se marcó como “objetivo real la 10ª plaza”, aseguró el director técnico Giorgio Ascanelli, en la presentación del monoplaza STR5.

“Hacer predicciones para la próxima temporada es una trampa, pero si me veo obligado, diría que nuestro objetivo pasa por terminar entre los ocho mejores en la clasificación de constructores”, precisó el manager del equipo, Franz Tost.

En la competición participarán en principio 13 equipos, entre los que se encuentran cuatro nuevos: Campos, Virgin, Lotus y USF1.

“2010 es un fecha histórica para Toro Rosso, puesto que el nuevo reglamento nos obliga a diseñar y fabricar nuestro propio coche. Después de cuatro años de colaboración con Red Bull, STR5 es el primer coche fabricado con el 100% de nuestros esfuerzos”, comentó Tost.

“Es un reto. Nuestro destino está en nuestras manos. Si hacemos un buen trabajo, nos merecemos una recompensa”, subrayó Ascanelli.

“Sólo podemos confiar en nosotros mismos este año. Es el equipo más pequeño en la Fórmula 1″ en cuanto a número de empleados, afirmó su director, quien agregó que no tenía “ninguna ventaja sobre las nuevas escuderías”.

“Todavía no sé lo que están haciendo. Parece que Lotus contrata 50 personas por semana. Ya veremos”, resaltó el italiano.

Toro Rosso, que contó con un presupuesto estimado de 80 millones de euros en 2009, contrató 50 trabajadores para aumentar su plantilla a unas 200 personas.

La escudería italiana, con sede en Faenza, conserva sus dos pilotos del año pasado, el suizo Sebastian Buemi y el español Jaime Alguersuari.

“Alguersuari es inteligente y sabe pilotar, pero necesita kilómetros al volante de un monoplaza”, concluyó Ascanelli.