La Corporación Nacional del Cobre ingresó este jueves al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por el Proyecto Mina Chuquicamata Subterránea, que gestiona la Vicepresidencia Corporativa de Proyectos en coordinación con la División Codelco Norte.

Con una inversión estimada para la ejecución que asciende a US$ 1.900 millones, el proyecto consiste básicamente en un cambio del método de extracción del yacimiento Chuquicamata, desde rajo abierto a explotación subterránea, manteniendo en su escenario base el tratamiento metalúrgico de los minerales en la Planta Concentradora de Chuquicamata, tal como se realiza en la actualidad.

El cambio de método de explotación se justifica por el término –hacia fines de la presente década- de la vida económica del rajo abierto, producto de la disminución natural de las leyes medias de cobre, el aumento de las distancias de transporte, la gran cantidad de lastre que debe removerse para extraer una tonelada de mineral y el creciente riesgo geotécnico, debido al aumento de la profundidad del rajo.

La exploración geológica realizada por Codelco demuestra que existe una gran cantidad de recursos mineros bajo el rajo de Chuquicamata (del orden de 4 mil 123 millones de toneladas de 0,71% de cobre y 310 ppm de molibdeno), que son técnica y económicamente viables de explotar mediante un método masivo de minería subterránea, permitiendo dar continuidad en el largo plazo al giro del negocio.

Desde el punto de vista de la sustentabilidad, esta transformación a minería subterránea implicará una reducción de las emisiones de material particulado respirable superior a un 90 por ciento con respecto a las actuales emisiones atribuibles a la operación minera del rajo Chuquicamata.

Asimismo, en virtud del criterio de diseño adoptado para las obras mineras, éstas no tendrán efectos sobre las variables ambientales, debido a que la construcción de túneles, rampas y piques se ejecutará fuera de los dominios hidrogeológicos de los acuíferos de la cuenca del río Loa.

Por otro lado, en el área del proyecto no hay recursos ambientales renovables –agua, suelo y aire- que pudieran verse afectados por las obras.

El horizonte total del Proyecto Mina Chuquicamata Subterránea está concebido en un plazo aproximado de 50 años, con una etapa de construcción de 8 años y una etapa de operación de 42 años, a un ritmo de explotación de 140 mil toneladas de mineral por día. Bajo ese concepto se proyecta una dotación máxima de 3 mil 700 trabajadores durante la etapa de construcción.