El papa Benedicto XVI volvió a instar este lunes a quienes “pertenecen a cualquier grupo armado, a que abandonen el camino de la violencia” y condenó “el terrorismo, que pone en peligro muchas vidas inocentes”.
El pontífice hizo el llamado durante la tradicional audiencia de Año Nuevo en el Vaticano con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
“Se ha de mencionar el terrorismo, que pone en peligro muchas vidas inocentes y causa una difusa ansiedad”, dijo el Papa en su discurso, durante el cual habló de los principales conflictos y amenazas que padece la humanidad, entre ellos los graves cambios climáticos y la carrera armamentista.
“En esta solemne ocasión, quisiera renovar el llamamiento que hice el 1 de enero, en la oración del Angelus, a todos los que pertenecen a cualquier grupo armado, para que abandonen el camino de la violencia y abran sus corazones al gozo de la paz”, dijo.
Benedicto XVI dedicó buena parte de su discurso al problema del medio ambiente, “un prisma de muchas caras”.
Por otra parte, dio como ejemplo para superar “divergencias y hostilidades” el “diálogo constructivo” alcanzado a través del Tratado de Paz firmado hace 25 años por Argentina y Chile, en el que El Vaticano sirvió como mediador.
El pontífice “se alegró” también por “el acercamiento que Colombia e Ecuador han emprendido tras muchos meses de tensión” y reiteró su deseo de que Honduras “después de un tiempo de incertidumbre y agitación, se encamine hacia la recuperación de la normalidad política y social”.
En su pedido a favor de la paz en el mundo, el jefe de la iglesia católica, mencionó los principales conflictos del mundo, desde Irak y Afganistán, pasando por Oriente Medio, Irán, Pakistán y en especial Africa.
Ante los representantes de más de 170 países, el Papa admitió que el año que se inicia “está marcado por la crisis dramática que ha golpeado la economía mundial, provocando una grave y vasta inestabilidad social”.
Benedicto XVI aprovechó para condenar las leyes que autorizan el matrimonio homosexual, como acaba de ocurrir en Portugal y Argentina, porque “atentan contra el fundamento biológico de la diferencia entre los sexos”.