Miércoles 06 marzo de 2019 | 12:07

Opinión - Lo que nos dejó Viña 2019: ¿qué hacemos con el número anglo?

Mario Dávila | Agencia UNO

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Nuestro Festival es único, grande, nuestro y —sobre todo— latino. No hay decreto de ley que lo estipule, pero así lo entendemos. Eso significa, en la práctica, que todos los artistas invitados, menos uno, cantan en nuestro idioma.
Ese “uno” se ha dado en llamar el artista anglo.

El de 2019 la rompió sólo con ser anunciado: apenas la alcaldesa confirmó que los Backstreet Boys actuarían el jueves 28 de febrero, las entradas para esa noche se agotaron en un rato.

A la hora señalada, con una Quinta efervescente —ánimo replicado por telespectadores vía redes sociales— se aparecieron A.J., Nick, Howie D, Brian y Kevin.

No dejó de ser curioso ver una boyband subirse al escenario sin banda y sin músicos (los coros estaban grabados). Unos chicos de 40 haciendo coreografías de cuando tenían 20. Pero el amor es más fuerte.

A sus fans que —como me dijo por ahí una twittera— coreaban y bailaban sus temas en los recreos, no les importó ¡nada! que ni se pareciera al espectacular show que hicieron en Las Vegas en 2017. Así es que vamos con las pistas y el “overplayback”.

Por mucho que les pagaran una suma que dicen que no fue poca, venirse hasta el fin del mundo, por una noche, con tanto personal y equipaje no les resultaba rentable ni a ellos ni al festival.

Denisse Malebrán dijo en su cuenta twitter: “Nadie toca. Cantan con pistas grabadas. En los coros ni siquiera se esfuerzan en doblarlos. Secuencias sin matices. Hay más bailarines que músicos”.

La revolución francesa es una alpargata al lado de la que se armó con este comentario. En serio. A Denisse le dijeron de todo y llegaron a amenazarla con sus hijas. ¿No era que la pasión de multitudes era el fútbol?

Una twittera menos alterada que quienes atacaron a la cantante me dijo: “Respete a una generación perdida, los del 90… Acá tributo a los 70… para qué decir a los 80… y nosotros la generación jamón. Déjenos con nuestro pop anglo”, y añadía con humor: “#Quedo atenta a tus comentarios”.

Y sí. Al final de cuentas, todo se trata de memoria emotiva. Y contra los sentimientos, no hay discusión posible.

Pero lo ocurrido es un antecedente peligroso: si hay algo que ha prestigiado al festival, es que allí se canta en vivo. El overplayback (cantar sobre música grabada) es el límite.

Por otro lado, hay que hacer realidad: a Lady Gaga no la íbamos a tener ni aunque su canción Shallow no se hubiera ganado el Oscar. Tampoco a Paul McCartney ni a los Rolling Stones, que costarían el presupuesto de tres festivales juntos.

¿Con qué se puede soñar, cuando todo se lo lleva Lollapalooza? Empecemos ya con nuestras listas.

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