El invierno ya se acerca y con éste aflora la preocupación por las enfermedades típicas de la época como gripes, resfríos y problemas respiratorios.

Muchas de estas afecciones se caracterizan por generar congestión nasal al aumentar la mucosidad nasal, pero ¿qué pasa cuándo ésta cambia de color?

De acuerdo al doctor James Steckelberg, especialista en enfermedades infecciosas de la Clínica Mayo en Rochester (Minnesota, Estados Unidos), hay algunos mitos en torno al color del moco nasal. Por ejemplo, cuando es verde grisáceo o amarillento, muchos dicen que se trata de una infección bacteriana, pero no necesariamente es así. “No es un signo obvio de infección bacteriana, aunque ese es un mito común hasta en la comunidad médica”, señala.

“Las infecciones de las vías respiratorias superiores, tanto virales como bacterianas, pueden provocar cambios similares en el tipo y color del moco nasal”, explicó.

En este sentido, indica que “en el resfriado común, el moco nasal primero es acuoso y transparente; luego, progresivamente se torna más espeso y opaco, además de adoptar un tinte amarillo o verde. Ese color posiblemente se deba a una mayor cantidad de ciertas células del sistema inmunitario o al aumento de las enzimas que las producen. En el transcurso de los siguientes días, la secreción tiende a aclararse o secarse“.

Además, el médico señala que la mayoría de los resfriados de niños y adultos son provocados por virus y por lo tanto “los antibióticos no funcionan con ellos, haya o no producción de moco verde”.

Clínica Mayo
Clínica Mayo

“Sin embargo, el momento de la presentación de los síntomas puede aportar una pista acerca de qué tipo de microbios están presentes. El moco nasal espeso y teñido suele presentarse con más frecuencia al principio de una enfermedad bacteriana, en lugar de varios días después de empezada, como ocurre en las infecciones virales. Además, los síntomas de una infección bacteriana generalmente duran más de 10 días, sin ninguna mejoría”, expresa.

Por otro lado, señala que “en pocos casos ocurre que se desarrolla una infección bacteriana sobre el resfriado viral y en tales situaciones, los síntomas posiblemente mejoren para luego volver a empeorar. En esas circunstancias, un antibiótico puede reducir la gravedad de los síntomas y acortar la duración de la enfermedad”.

En este sentido, indica que un niño o adulto con secreción amarilla o verdosa necesita beber mucho líquido para mantenerse hidratado, sonarse con suavidad, además de “aplicarse gotas de solución salina para enjuagar o irrigar las cavidades nasales y, quizás, usar un humidificador de vapor frío para humedecer el ambiente”.

Diferenciando por color

La clínica Cleveland de Estados Unidos elaboró un pequeño mapa para mostrar lo que la mucosidad nasal dice de tu salud. Revisa a continuación.

Transparente: “Está todo bien. La mucosidad normal es principalmente agua, con proteínas, anticuerpos y sales disueltas. Tus tejidos nasales lo producen todo el día. La mayor parte fluye por la parte posterior de la garganta para disolverse en el estómago”.

Blanco: “Estás congestionado. Los tejidos hinchados e inflamados en tu nariz están desacelerando el flujo de moco, causando que pierda humedad y se vuelva espeso y turbio. Puede ser un signo de infección nasal o resfriado”.

Amarillo: “Tu resfriado o infección está progresando. Las células que combaten la infección pueden estar llegando al sitio de la infección microbiana. Los glóbulos blancos están entre ellos. Una vez que se cansan, se los lleva la marea mucosa lo que les da un tinte ocre”.

Verde: “Tu sistema inmune realmente está luchando. El moco está lleno de células blancas muertas y otros restos de la batalla. Si aún estás enfermo después de aproximadamente 12 días, es mejor que veas a un médico. Podría ser sinusitis, una infección bacteriana. Si tienes fiebre o náuseas, consulta a un médico pronto”.

Rojo o rosado: “Esto es sangre. El tejido nasal en la nariz se ha roto de alguna manera, tal vez porque está seco, irritado o sufrió algún tipo de impacto”.

Café: “Podría ser sangre, pero también podría ser algo que inhalaste como tierra, tabaco, contaminación o pimentón”.

Negro: “Si no eres fumador ni consumes drogas ilegales, el moco negro puede significar una infección fúngica (por hongos) grave. Estas infecciones generalmente ocurren en personas con sistemas inmunes comprometidos. Si es tu caso, anda al médico lo antes posible”.

El moco es importante

Tal como indica el portal especializado WebMD, el moco actúa como una manta protectora sobre diversas superficies de nuestro cuerpo tales como la boca, la nariz, los senos paranasales, la garganta, los pulmones y el tracto gastrointestinal, evitando que el tejido subyacente se seque. “Tienes que mantenerlos húmedos, de lo contrario se secarán y se agrietarán, y tendrás una grieta en tu armadura”, dice el doctor Neil Kao, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur.

El moco también actúa como una especie de papel matamoscas, que atrapa sustancias no deseadas como bacterias y polvo antes de que puedan entrar en el cuerpo, especialmente en las vías respiratorias sensibles. “Ayuda a mantener ese entorno, que es un ambiente estéril, libre de suciedad”, dice el médico Michael Johns, profesor asistente de otorrinolaringología en la Universidad de Emory, agregando que “el moco es pegajoso y espeso. Tiene viscosidad para atrapar las cosas”.

Además, contiene anticuerpos que ayudan al cuerpo a reconocer invasores como bacterias y virus, enzimas que matan a los microbios que atrapa, proteínas para hacer que el moco sea pegajoso y fibroso, además de una variedad de células.

Barbara Bonanno CC Flickr
Barbara Bonanno CC Flickr

¿Sientes que tienes mucho moco?

No te preocupes, incluso cuando estás sano, tu cuerpo es una máquina para fabricar moco: produce de 1 a 1.5 litros por día. La mayor parte de esa mucosidad se va por tu garganta y ni siquiera te das cuenta.

Normalmente, cuando no estás enfermo y piensas que estás produciendo más moco, en realidad no es eso, lo que pasa es que ha cambiado su consistencia.

“Típicamente, el moco cambia de forma. Se vuelve más grueso”, dice Johns, asegurando que algunas personas simplemente tienen moco más espeso y pegajoso que otras.

En general, se necesita un resfriado fuerte, una alergia o un contacto con algo irritante, para aumentar la producción de moco de tu cuerpo.

Y como dato curioso, hay gente que produce más moco cuando come ciertos alimentos. La leche o el ají muy picante pueden producir una condición llamada rinitis gustativa, que es una reacción refleja que se desencadena al comer u oler ciertos comestibles.