Un catastro de la Seremi de Medio Ambiente determinó que hay 65 vertederos ilegales en la Región Metropolitana y que más de la mitad de estos basurales presentan un grado medio o alto de complejidad sanitaria.

Por esta razón, la autoridad del ramo, Jorge Canals, aseguró que en las próximas semanas se espera comenzar ocho rehabilitaciones en diferentes puntos.

Sin embargo, el doctor en ingeniería ambiental y académico de la Universidad de Santiago, Luis Díaz Robles, sostuvo que “ocho de 65 es muy poco. Este verano, lo ideal sería eliminar los 65”.

No obstante, reconoce esta meta “es compleja, porque pasa por un tema de recursos y han sido años en que el crecimiento económico no ha sido bueno”.

Debido a esto, planteó una meta para la actual administración, indicando que cerrar 80% de los vertederos de aquí a finales del 2017 sería bastante bueno.

Asimismo, el académico señaló que lo importante es eliminar los más peligrosos vertederos, así como también priorizar los de impacto sanitario alto y medio.

Para el docente, 65 vertederos ilegales en la capital es una cifra preocupante, pensando que la zona metropolitana no es tan grande, comparada con otras ciudades a nivel mundial, lo que puede terminar impactando a una proporción importante de la población.

Riesgo sanitario

Díaz precisó que sería bueno definir qué tipos de residuos hay o cuáles son los que generalmente se depositan en los vertederos ilegales. No obstante, indica que se puede constatar la presencia de ratones, bacterias y en general, de una lista tremenda de potenciales vectores que trasmiten enfermedades a la comunidad.

También, señaló que en estos espacios se acumulan neumáticos, madera y sustancias tóxicas, además de residuos líquidos que incluso, “pueden afectar el suelo, lo que puede contaminar napas subterráneas”.

Por esto mismo, advirtió la urgencia de enfrentar este problema.

“A propósito del cambio climático, el año 2016 ha sido uno de los más calurosos a nivel mundial. Esto va a seguir aumentando y los lugares donde hay basura combustible se constituyen en focos altamente peligrosos para la población”.

Medidas

Según el experto lo primero que falta es aumentar la fiscalización, ya que hasta ahora los recursos no son suficientes porque se requiere personal especializado para estas labores.

Además, instó a que las sanciones deberían extremarse y ser más duras, apuntando a la responsabilidad de los municipios en esta materia, ya que son las que cuentan con herramientas legales, como ordenanzas para enfrentar el problema con más rigor.

Finalmente, argumentó que es necesario capacitar a las personas que habitan cerca de estos espacios, para que ellos mismos se conviertan en los fiscalizadores.