La familia de James Gaete, menor de tres años que se encontraba al cuidado del Servicio Nacional de Menores (Sename), interpuso una querella en contra de quienes resulten responsables de la muerte del niño acusando que no recibió los tratamientos médicos necesarios tras un trasplante de riñón.

James nació el 10 de junio 2013 en el Hospital Regional de Antofagasta y desde ese día presentó problemas en su salud por lo que debió ser sometido a distintos tratamientos para estabilizarlo.

Según consta en la querella interpuesta por los padres del menor, Ana María Tamayo y Jaime Gaete Cortés, a las dos semanas de su nacimiento se les informó que James sufría una grave patología relacionada con su hígado y no existían tratamientos médicos posibles que se le pudiesen aplicar en Antofagasta.

Ambos padres tenían problemas con consumo de drogas, por lo las autoridades decidieron no entregarles el cuidado de James. Además, sus otros hijos estaban a cargo de familiares porque “en esa época nosotros éramos consumidores habituales de droga y el Juzgado de Familia de Antofagasta había condicionado la recuperación del cuidado de nuestros hijos al cumplimiento de un plan de tratamiento”.

Traslado de James a Santiago

Agencia UNO
Agencia UNO

James fue trasladado hasta el Hospital Luis Calvo Mackenna en Santiago a los tres meses de vida, en donde fue intervenido por una patología aparentemente existente en las vías biliares. Sin embargo, el médico a cargo le explicó a los padres que la cirugía no funcionó porque “se había hecho demasiado tarde”.

Luego de insistir en el Hospital Calvo Mackenna logramos que James ingresara en la Lista de espera de potenciales receptores de trasplante hepático“. En ese tiempo, los padres del menor se trasladaron a vivir y trabajar en Santiago para estar cerca de su hijo menor.

Los padres explican en su querella que al mismo tiempo iniciaron un tratamiento para dejar el consumo de drogas y gracias a eso llevan tres años rehabilitados “y no hemos vuelto a consumir”.

Finalmente, James logró ser trasplantado el 7 de junio del año pasado a los dos años de edad. Tras la operación las autoridades comenzaron a estudiar su trasladado a un centro del Servicio Nacional de Menores para su recuperación, dado que sus padres aún no podían optar a su cuidado.

“Nosotros aún no teníamos autorización del Juzgado de Familia de Antofagasta para poder llevarnos a nuestro hijo, el Hospital llegó a un acuerdo con la Dirección Regional del Servicio Nacional de Menores Metropolitano” y James fue trasladado a la Casa Nacional del Niño del Sename en Ñuñoa.

Denuncias de falta de cuidado

Ante el traslado de James, el Sename contrata los servicios de la Clínica de Atención Domiciliaria Integral Home Quality Care (HQC), empresa que debía implementar un sistema de aislamiento especial para el menor, quien se encontraba en un tratamiento médico para evitar el rechazo del hígado recientemente trasplantado.

James era trasladado todos los martes hasta el Hospital Calvo Mackenna para sus respectivos controles con la doctora Bessie Hunter, quien era la responsable de examinarlo además de “asegurarse que estuviera recibiendo los medicamentos que permitieran evitar un rechazo al trasplante”.

Sin embargo, James comenzó a tener problemas en su salud a fines del año pasado a lo que la doctora Hunter aseguró que éstos comenzaron porque el cuerpo del menor comenzó a rechazar el trasplante, por lo que decidió aumentar la dosis de medicamentos inmunosupresores.

A pesar del tratamiento, James contrajo al menos dos infecciones por las que debió ser internado -nuevamente- en el Calvo Mackenna. “El personal médico nos informó que tenía un rotavirus […] nuestro hijo presentó una nueva infección contraída en la Casa Nacional del Niño del Sename, esta vez por un hongo“, aseguran los padres del menor en su querella.

A esto se suma la denuncia de dos funcionarias de HQC, quienes explicaron que la habitación del menor no contaba con el aislamiento mínimo para un paciente inmunosuprimido de tres años de edad. Además acusaron que nunca se realizó un aseo terminal. “La suciedad, el frío y la completa ausencia de cuidado en el tratamiento de James dificultaba sobremanera el desempeño del trabajo de las técnicos en enfermería“, detalla la querella.

James falleció el 29 de junio aparentemente como consecuencia de un síndrome de disfunción orgánica múltiple, sepsis y neumonía. James acababa de cumplir tres años de edad.

Acusan que médico les negó un nuevo trasplante

Los padres aseguran que, desesperados por las múltiples enfermedades que contraía James, le consultaron a la doctora Hunter sobre la posibilidad de volver a trasplantarlo.

La doctora Hunter fue categórica en señalarnos que no estaba dispuesta a perder otro órgano en nuestro hijo porque nosotros no teníamos las condiciones para cuidarlo […] Cuando le insistimos a la doctora Hunter que queríamos que se intentara un nuevo trasplante para James, nos respondió que ‘para qué insisten tanto si al final su hijo va a terminar siendo un drogadicto igual que ustedes‘”.

BioBioChile se puso en contacto con el hospital el martes 26 de julio para tener su versión de los hechos. Sin embargo, hasta la fecha han guardado silencio.

En tanto, la directora del centro del Sename donde se encontraba internado James, María Rojas, aseguró a Chilevisión que el menor “tenía controles semanales y quincenales con el equipo de trasplante del Hospital Luis Calvo Mackenna“.

“La doctora venía a verlo todos los días o cada dos días, de hecho, en el mes de junio tuvo dos controles con la doctora de trasplante y fue llevado a urgencias y hospitalizado posteriormente”, explicó Rojas.

Sename interpone querella

El Servicio Nacional de Menores (Sename) también interpuso una querella por cuasidelito de homicidio simple por la muerte de James.

En su querella, el servicio señala que se pesquisaron errores y/o incumplimientos en el cuidado que requría James, el que se evidenciaba en cosas como “la falta de ayuno previo para la siministración de medicamentos, cambio de personal que cuidaba al niño sin previo aviso, sin inducción y sin supervisión”.

Los padres de James esperan que con esta querella se logre establecer la “verdadera causa del fallecimiento de nuestro hijo y la responsabilidad penal que pudiese caberle a quienes participaron de su cuidado y tratamiento médico”.