La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) anunció la instalación de una decena de estaciones de monitoreo sismológico en la falla de San Ramón. Siete de estas corresponden a estaciones permanentes y cinco de tecnología GPS.

El proyecto, que bordea los $450 millones, busca estudiar el comportamiento geológico de esta falla, que atraviesa las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida, San José de Maipo y Puente Alto.

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Sobre lo anterior, la experta en sismología de la Universidad de Santiago, Paulina González, aseguró que era necesario un instrumento de medición para detectar posibles movimientos e indicó que, de acuerdo al historial, es posible que eventualmente se genere un terremoto 7,0 a corto plazo.

Los estudios han comprobado que en la falla de San Ramón habría ocurrido un sismo grado 7,5 hace unos 8 mil años atrás.

Según la académica, la norma actual antisísmica (NCh433) contempla la posibilidad de un gran sismo pues se tuvo en cuenta la “ocurrencia de terremotos con hipocentro a muy baja profundidad en la zona cordillerana de Santiago”.

González recalcó la importancia de tener información instrumental sobre estos fenómenos naturales ya que de esta manera se puede actualizar sistemáticamente la normativa antisísmica.

“Chile es uno de los países más sísmicos del mundo. Por eso, es imprescindible contar con la mayor cantidad de información instrumental sobre estos fenómenos naturales. De esta forma, se podría disponer de información que resulta fundamental para los procesos de actualización periódica de la normativa antisísmica”, indicó.

Vale la pena recordar que no se puede predecir el momento exacto en el que se producirá un sismo, pero por el comportamiento de las placas o fallas es posible estimar la cercanía de la ocurrencia de un fenómeno de este tipo.