El déficit municipal y la relación de la alcaldía con las empresas fueron dos de los elementos más importantes de los casi 60 minutos de la Cuenta Pública del alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, durante la tarde de ayer.

En su discurso, el edil recordó a los asistentes lo dañadas que se encuentran las arcas municipales.

Sharp comparó su administración con una economía doméstica que busca el ahorro, aludiendo a tiempos en que sí hubo recursos y no fueron bien manejados.

Además, comentó que en su plan de austeridad “las horas extras se pagan a aquellos que trabajan las horas extras”.

Respecto a las debilidades de su gestión, Sharp asegura que acepta varias. Declaraciones desafortunadas y conflictos con las inmobiliarias lideran la lista, reconociendo que muchas veces metió a todas las empresas en un mismo saco.

Rodrigo González, diputado del Partido Por la Democracia (PPD) y asistente a la cuenta, manifestó que la magnitud del déficit municipal no debe evitar que la actual administración busque conjugar desarrollo económico con participación ciudadana.

Desde el oficialismo, el seremi de Desarrollo Social, Ricardo Figueroa, expresó estar de acuerdo con el mensaje de unidad de la cuenta pública. Según Figueroa, el Gobierno, de centro derecha, tiene más intereses comunes que desacuerdos con el alcalde Sharp.

Sharp mencionó también otras políticas importantes como el Plan Regulador Comunal, la farmacia popular y la gestión de emergencias.

Desafíos persisten muchos. El alcalde dedicó una porción importante de su discurso al desarrollo de la comuna: con inversión, obras públicas y alianzas estratégicas con los vecinos y empresas buscarán, según su propio eslogan, convertir a Valparaíso en la joya del Pacífico del siglo XXI.