Durante la jornada de este viernes, el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, dictó una acusación contra 13 militares retirados en el marco del “Caso Quemados” por su responsabilidad en el homicidio calificado del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri y el homicidio calificado frustrado de Carmen Gloria Quintana.

Los hechos ocurrieron en Estación Central el 2 de julio de 1986 y, en calidad de autores, Carroza sindicó a Nelson Medina, Luis Zúñiga, Jorge Astorga, Francisco Vásquez, Iván Figueroa, Julio Castañer, Leonardo Riquelme, Walter Lara, Juan Ramón González, Pedro Fernández y Pedro Franco.

A su vez, Carroza acusó como cómplice de los hechos a Sergio Hernández y como encubridor a René Muñoz.

En el escrito, el magistrado estableció que una patrulla comandada por el entonces teniente Fernández detuvo a los dos jóvenes pues era indicados como autores de disturbios.

Una vez reducidos, los entonces militares activos rociaron sus cuerpos con un líquido inflamable y les prendieron fuego. Tras ello, otros uniformados llegaron en ayuda de los afectados, quienes apagaron las llamas con frazadas y otros elementos.

Carroza también logró determinar que luego de apagar el fuego, y en conjunto con los tenientes Castañer y Figueroa, Fernández llevó a los jóvenes a un sector alejado de la comuna de Quilicura para ser abandonados en una zanja, sin recibir ayuda médica pese a haber manifestado dolor y la necesidad de ésta. Una vez abandonados, los oficiales emprendieron el regreso a su cuartel volvieron a su cuartel.

De vuelta en la unidad, los hechos fueron puestos en conocimiento de quien se sindica como encubridor, el comandante del regimiento, el coronel Muñoz, “quien acordó con ellos no comentarlos, y decide no darle cuenta a sus superiores, ocultando lo ocurrido, de manera de facilitar la impunidad”, sostiene el escrito emanado desde el Poder Judicial.