La mañana de este viernes 10 reclusos de Punta Peuco pidieron perdón por los crímenes que cometieron durante la dictadura, en una ceremonia ecuménica realizada en el penal.

La Iglesia Anglicana liberó cuatro testimonios que fueron leídos durante la cita, mientras que a las afueras se desarrollaban manifestaciones de agrupaciones de Derechos Humanos y familiares de detenidos desaparecidos.

Uno de los testimonios, correspondiente al exmiembro de la Dirección de Inteligencia Nacional Basclay Zapata Reyes, apodado como “el Troglo”, señala: “cumplí órdenes militares, poniendo especial celo en su ejecución porque pensaba que tales órdenes eran legítimas, y en aras del bien superior de la Patria. Con el tiempo constaté que ello no era así; mis superiores no ratificaron sus órdenes, y he sido, lamentablemente, condenado como parte de la “cúpula” de la DINA. Como si yo hubiera sido parte de la planificación, dirección y control de las operaciones antisubversivas”.

Luego, cita el ejemplo de San Pablo, quien tras perseguir a los cristianos y convertirse, sostenia que “sólo hizo lo que consideraba justo y legal, y por tal razón, irreprensible”.

“Creo necesario pedir ser perdonado por todos esos dolores, zozobras que produje en el cumplimiento de lo que creí era mi deber”
, añade.

Por otra parte, el recluso Pedro Hormazábal, pidió a Dios “tocar el corazón y mente de nuestras autoridades nacionales para lograr pronta solución definitiva a este grave conflicto que se arrastra por más de treinta años, único camino para lograr el reencuentro entre los chilenos, primer paso para alcanzar la necesaria reconciliación nacional”.

“Señor, ofrezco disculpas y pido ser perdonado por los dolores que pude haber causado a mis connacionales en el ejercicio de mis funciones policiales”
, finaliza.

Otro de los testimonios revelados es el de Carlos Herrera Jiménez, quien sostuvo: “Mi madre murió esperando verme liberto. Entonces, y desde esta tribuna, sinceramente pido ser perdonado por quienes les produje dolores y zozobras en los momentos que participé en la implementación de políticas de seguridad pública en el gobierno militar, y en el caso de la familia, perdón por los malos momentos. Acerca del delito por el cual estoy preso, en el año 2000, me disculpé con la familia de la víctima, teniendo -Dios mediante- buena acogida”.

Por último, Claudio Salazar Fuentes planteó: “Alcancé a ser carabinero por más de veinte años, y desde luego, alguna acción realicé que produjo dolores innecesarios a las personas que debía proteger. Respecto de la solicitud de perdón acerca de mi delito por el cual permanezco preso, ya la hice sin obtenerlo de sus destinatarios”.

“Padre Jehová (…) te pido que cambies aquellos corazones duros que, con razón o sin ella, nos detestan sin darnos cabida en la sociedad. Amen”.

Revisa a continuación los testimonios completos:

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