En una tensa sesión de la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, el ministro Felipe Larraín se hizo cargo de las cifras que apuntan a un gasto fiscal comprometido de aquí al 2021 superior a los 5.566 millones de dólares y que no está contemplado en la Ley de Presupuesto, al menos durante este 2018.

A la cita también estaba invitado el último ministro de Hacienda de Michelle Bachelet, Nicolás Eyzaguirre, no obstante -por cuarta vez- el exsecretario de Estado se excusó de participar.

Quienes participaron en la sesión fueron el ministro Felipe Larraín y el director de Presupuestos Rodrigo Cerda, los que explicaron el aumento a casi un doble del déficit fiscal y que incluso en 2017 alcanzó 2,8 puntos del PIB.

Según los datos, durante 2014 y 2015 se registró el mayor gasto fiscal, es decir, durante los dos primeros años de la pasada administración de Michelle Bachelet.

El problema, según aseguran las actuales autoridades, es que al duplicarse la deuda, se duplican también los intereses que Chile paga a sus acreedores.

El ministro Larraín aseveró que el déficit fiscal no se explica sólo en razón de la disminución del precio del cobre, como se defiende la anterior administración, y aseveró que el deterioro del balance estructural se debió principalmente en el mayor gasto público de los últimos años.

Por su parte el director de Presupuestos, Rodrigo Cerda, delineó el gasto público que será integrado en la Ley de Presupuestos de los próximos cuatro años y proyectó que el gasto público pasará de 73 mil millones de dólares en 2018 a 79 mil millones de dólares, en 2021.

En la comisión, las autoridades gubernamentales manifestaron que el grueso del déficit se explica en la deuda del sistema público de salud. En este sentido, el diputado socialista Manuel Monsalve destacó que es necesario conocer el déficit operacional mensual en Salud, que alcanza mensualmente los 50 mil millones de pesos.

Frente a este escenario y al anuncio de reforma al sistema tributario, el diputado Pablo Lorenzini, poniendo a las utilidades de la banca como ejemplo, manifestó que no estará disponible para una reforma que implique reducir los impuestos de las grandes y las medianas empresas.

El ministro Larraín, por su parte, sostuvo que la reforma tributaria planteará una restructuración de la carga tributaria y no una rebaja de impuestos a las grandes y medianas empresas, asegurando que no habrá eliminación de programas sociales.

El tema causa escozor en la ex Nueva Mayoría, debido a que las críticas del actual ministro de Hacienda, siembran un manto de dudas sobre la reforma tributaria que impulsó la anterior administración, y que tenía precisamente como objetivo disminuir dicho déficit.

Bajo este escenario es que se realizaría la reunión el próximo lunes en la comisión mixta de Presupuesto, donde Eyzaguirre se encontrará con Larraín, en una polémica que golpea a la administración saliente en una de sus reformas emblemáticas.