¿Qué es lo que hay detrás de una desaparición? Un enigma, un misterio, un gran vacío entre dos nadas. Aquel día lunes 9 de marzo de 1914 se accidentaron tres aviones y desapareció un cuarto, el del teniente Bello.

La Real Academia Española entrega dos acepciones del concepto Desaparecer: la primera corresponde a “Dejar de estar a la vista o en un lugar” mientras que la segunda se remite sólo a “Dejar de existir”.

Estas dos definiciones no se acercan a lo que realmente le ocurrió al Teniente Primero Alejandro Bello Silva puesto que nadie realmente lo sabe. El nombre tras el popular dicho “Más perdido que el teniente Bello” se convirtió en uno de los grandes misterios de nuestra historia.

El teniente primero de 27 años en ese entonces, no dejó rastro el 9 de marzo de 1914 mientras sobrevolaba un sector entre Culitrín y Cartagena. Este miércoles 9 se cumplen 102 años de su desaparición.

Lamina de Enrique Flores Álvarez | Memoria Chilena

Lamina de Enrique Flores Álvarez | Memoria Chilena

El hombre tras el misterio

Sus padres José María Bello y Ana Rosa Silva contrajeron matrimonio el año 1885 en Santiago, quienes debieron irse a vivir a Ancud, Chiloé luego de que su progenitor fuera trasladado como profesor a dicho lugar. El matrimonio tuvo cuatro hijos y después de La Guerra Civil de 1891 la familia decidió volver a Santiago.

Sus hermanos Antonio y Enrique entraron al sacerdocio, Carlos estudió derecho y se dedicó a la administración del Hipódromo Chile mientras que Alejandro siguió otro camino, el de la aviación.

El 27 de mayo de 1909, Alejandro Bello Silva ingresó a un curso especial para cadetes de la Escuela Militar y el día 4 de junio de 1910 obtuvo el grado de teniente 2º de Ejército en el arma de Infantería.

En junio de 1910, Bello fue trasladado al Regimiento de Infantería Nº 5 Carampangue con guarnición en Iquique, donde estuvo por casi dos años. En 1912 pasó al Regimiento de Infantería Nº 10 Lautaro en Los Ángeles, siendo trasladado un mes más tarde al Regimiento de Infantería Nº 12 Pudeto de Santiago. Finalmente en el mes de julio de ese mismo año recibió el ascenso a teniente 1º.

Para 1913, el Capitán Manuel Ávalos ejercía como Director Interino de la Escuela de Aeronáutica Militar, quien había estudiado en Francia, Ávalos llamó a concurso para quienes quieran integrase a la escuela. Uno de los seleccionados fue el joven Bello quien viajó a París en compañía de los tenientes Amadeo Casarino, Víctor Contreras y Tucapel Ponce.

El objetivo del teniente era estudiar los aviones Sánchez Besa, sin embargo el verdadero propósito de este viaje era que cada uno de los estudiantes lograra el brevet (licencia de vuelo) que para esos años sólo lo entregaba el Aero-Club de Francia.

Fue por estos años en que Bello recibió una estricta formación teórica sobre clases de vuelo que luego se convirtieron en prácticas donde debían ver los anomalías que se presentaran en el vuelo. El teniente destacó como un alumno y a su regreso a Chile se hizo a cargo de los aviones Sánchez Besa.

Avión Sánchez Baeza, del mismo tipo en que desapareció Bello

Avión Sánchez Baeza, del mismo tipo en que desapareció Bello

El día de la desaparición

Para 1914, el Teniente Bello empezó su preparación para rendir el examen Piloto Militar junto a los tenientes Ponce, Torres y los suboficiales Menadier y Verscheure. Bello y Ponce debieron realizar un triángulo que comprendía los sectores entre el aeródromo de Lo Espejo – Culitrin – Cartagena – Lo Espejo que debía terminarse dentro de dos días.

Tras sobrevolar por los cerros al sur del río Maipo, los tenientes Bello y Ponce se encontraron envueltos en una espesa neblina que les impedía ver lo que había a su alrededor viéndose obligados a regresar al aeródromo.

Según indica la descripción detallada por el Instituto de Investigaciones Histórica Aeronáutica de Chile “El teniente Alejandro Bello Silva, decoló a las cinco de la mañana en el avión “Sánchez Besa” de 80 HP, máquina que conoció sobradamente durante su curso en Francia; regresando al cabo de una hora y media de vuelo a Lo Espejo donde rompió su avión en una acequia que atravesaba la cancha, saliendo ileso de este percance. Luego del violento aterrizaje dio cuenta al oficial a cargo de la prueba, que era el Capitán Manuel Avalos, de la imposibilidad de aterrizar en Culitrin por el exceso de neblina y el viento que impedían toda clase de operaciones en el lugar”

Para continuar “Con el fin de hacer un nuevo intento él capitán Ávalos puso a su disposición el Sánchez Besa de 80 HP “Manuel Rodríguez”, el que fue llevado a la línea de vuelo y junto al mecánico procedió a revisarlo para volar cuando mejoraran las condiciones”

Registros indican que Bello se mostró nervioso y preocupado por la situación haciéndose a cargo junto a su mecánico de que todo esté en orden. Una hora más tarde Bello y Ponce, debían emprender el vuelo desde Culitrín, hasta Cartagena y posterior regreso a Lo Espejo.

Según registros, el teniente Ponce fue la última persona en ver a Bello desde su biplano quien regresaba a Lo Espejo. Lo que vino después fue una lista interminable de suposiciones.

Flickr (cc) Santiagonostalgico

Flickr (cc) Santiagonostalgico

Teorías de su paradero

Desde ese día se inició una intensa búsqueda del Teniente Bello desde el norte de Valparaíso hasta la desembocadura del río Rapel donde participó fracciones del ejercito, carabineros y campesinos de los fundos. Se dijo que el Teniente Bello había llegado a Llo-Lleo en la quinta región, también se dijo que había llegado al fundo La Boca en San Antonio iniciándose un listado de posibilidades erróneas.

No encontraron nada.

Desde ese entonces hubo una seguidilla de nuevas búsquedas para encontrar respuesta a este misterio sin resolver. En 1988 se organizó una búsqueda en la Quebrada del Diablo integrada por un grupo de taxistas, un carabinero y un cabo en compañía de un campesino quien dijo haber visto la cola del avión en dos oportunidades. La expedición no llegó a ningún fin.

Después se hizo otra con un detector de metales y otros aparatos no logrando nada. En el año 2007 se realizó otra expedición esta vez al norte de Cuncumén basándose en trozos metálicos que habían encontrado en 1977. Tampoco hubo resultados favorables.

Se ha especulado que el joven teniente fue abducido por extraterrestres, también se dijo que puede que haya entrado a otra dimensión. Lo único cierto es que esta desaparición es uno de los misterios sin resolver más grandes de nuestra historia.