Éxitos y dudas: Los contrastes del periodo de Sergio Jadue al mando de la ANFP

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27 contra 21. Ese fue el resultado de la votación que, el 7 de enero de 2011, instaló al hasta ese momento casi desconocido Sergio Elías Jadue como presidente de la ANFP, en medio de la elección más polémica que que se recuerde en esa organización y que terminó con versiones que involucraron incluso al Gobierno de nuestro país, en ese entonces encabezado por Sebastián Piñera.

En términos futboleros, podríamos definir que Jadue -en ese entonces de 31 años- llegó ‘de rebote’ a ostentar ese cargo, luego que por medio de un tema estatutario se descartara a la lista que encabezaba Jorge Segovia y que había ganado la primera elección ante Harold Mayne-Nicholls.

Pero desde un inicio Jadue debió enfrentar un escenario hostil. Primero ante buena parte de los hinchas, quienes lo vieron como el símbolo del fin del proceso de Marcelo Bielsa en ‘La Roja’, algo que no pudo evitar y sobre lo que el propio rosarino expresó que no podía confiar en él dirigente. Pero también por una serie de cuestionamientos sobre temas bastante más importantes que lo que pasaba en la cancha.

Su relación con Tomás Serrano -involucrado en un escándalo con su corredora y que era accionista mayoritario de Unión La Calera cuando Jadue era presidente-, acusaciones de prensa por cheques y estafa, además de temas vinculados a violencia intrafamiliar salieron a flote, pero -más allá de la exposición pública- Jadue pudo dejarlas atrás y continuar en su cargo.

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A la par, el directivo decidió incorporar a Claudio Borghi como entrenador de la selección chilena, apostando a que el carisma y afecto popular del ‘Bichi’ pudiera aplacar las críticas por la salida de Bielsa. Y lo fue logrando a ratos, ya que si bien no tuvo una Copa América 2011 como se esperaba -cayó en cuartos de final ante Venezuela-, las eliminatorias dejaron a ‘La Roja’ incluso liderando en algún momento el camino para Brasil 2014.

En el frente interno, su mandato lograba aplacar las críticas de sus opositores -quizás si representados en la figura de Ricardo Abumohor, presidente de O’Higgins- y congregaba a nuevos directivos como ‘adeptos’ bajo su alero. Eso si, era mirado con recelo por algunos de quienes lo instalaron en la testera, ya que empezaba a mostrar su propio estilo y en más de alguna ocasión se oponía a ellos.

Pero Borghi empezó a perder el rumbo en la selección y el camino a Brasil se enredaba, todo en un contexto donde el mal juego y la indisciplina de algunos miembros del plantel generaba problemas. Así, en noviembre de 2012 se concretó la salida del ‘Bichi’, bajo la acusación de que Jadue ya había conversado previamente con Jorge Sampaoli para ofrecerle el cargo de entrenador, al que llegó en diciembre de ese año.

La llegada a la Conmebol bajo el alero de ‘La Roja’

Esa decisión terminó siendo totalmente beneficiosa para el dirigente, ya que el exitoso ciclo que inició el casildense permitió que las críticas se aplacaran en gran medida, pese a las deficiencias que se mantenían en el ámbito local (y que continúan hasta ahora) en términos de organización de torneos y selecciones menores, entre otros temas.

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Además, como añadido a la bonanza de resultados de ‘La Roja’, la imagen del calerano se hizo conocida entre los dirigentes continentales y coronó un rápido ascenso al interior de la Conmebol, donde es actualmente segundo vicepresidente. A fines de 2014 logró la reelección como presidente de la ANFP, sin siquiera deber enfrentar la competencia de otra lista y sumando el apoyo masivo de los regentes de los clubes nacionales.

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Así llegamos a 2015, año de contrastes para Jadue. En lo deportivo, Chile consiguió el mayor éxito de su historia con la Copa América que se disputó en nuestro país. Algo que se contradice con el escenario directivo, donde las denuncias sobre corrupción en el fútbol mundial incluso lo han alcanzado con una acusación de soborno en su contra, la que el dirigente rechazo y que incluso desde la ANFP desmintieron por medio de documentos.

La seguidilla de informaciones confusas de estos días aumentaron las dudas. Primero asegurando que estaba en Chile, cuando había viajado a Brasil; luego desmintiendo cualquier tipo de renuncia a su cargo y acusando “rumores malintencionados”; y por último presentando una licencia médica para solicitar una “autorización estatutaria” y suspender sus funciones por 30 días. A eso se suma lo ocurrido este viernes, cuando él y otros tres directores fueron citados a declarar, en el marco de la objeción realizada por el Ministerio de Justicia sobre los sueldos que se cancelarían a los miembros del directorio.

Quizás si el actual escenario sea una especie de resumen del mandato de Sergio Jadue en la ANFP. Con ciertos éxitos en términos deportivos, pero siempre bajo la lupa y cuestionado, incluso a nivel legal, tal como terminó abruptamente su gestión.

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27 contra 21. Ese fue el resultado de la votación que, el 7 de enero de 2011, instaló al hasta ese momento casi desconocido Sergio Elías Jadue como presidente de la ANFP, en medio de la elección más polémica que que se recuerde en esa organización y que terminó con versiones que involucraron incluso al Gobierno de nuestro país, en ese entonces encabezado por Sebastián Piñera.

En términos futboleros, podríamos definir que Jadue -en ese entonces de 31 años- llegó ‘de rebote’ a ostentar ese cargo, luego que por medio de un tema estatutario se descartara a la lista que encabezaba Jorge Segovia y que había ganado la primera elección ante Harold Mayne-Nicholls.

Pero desde un inicio Jadue debió enfrentar un escenario hostil. Primero ante buena parte de los hinchas, quienes lo vieron como el símbolo del fin del proceso de Marcelo Bielsa en ‘La Roja’, algo que no pudo evitar y sobre lo que el propio rosarino expresó que no podía confiar en él dirigente. Pero también por una serie de cuestionamientos sobre temas bastante más importantes que lo que pasaba en la cancha.

Su relación con Tomás Serrano -involucrado en un escándalo con su corredora y que era accionista mayoritario de Unión La Calera cuando Jadue era presidente-, acusaciones de prensa por cheques y estafa, además de temas vinculados a violencia intrafamiliar salieron a flote, pero -más allá de la exposición pública- Jadue pudo dejarlas atrás y continuar en su cargo.

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A la par, el directivo decidió incorporar a Claudio Borghi como entrenador de la selección chilena, apostando a que el carisma y afecto popular del ‘Bichi’ pudiera aplacar las críticas por la salida de Bielsa. Y lo fue logrando a ratos, ya que si bien no tuvo una Copa América 2011 como se esperaba -cayó en cuartos de final ante Venezuela-, las eliminatorias dejaron a ‘La Roja’ incluso liderando en algún momento el camino para Brasil 2014.

En el frente interno, su mandato lograba aplacar las críticas de sus opositores -quizás si representados en la figura de Ricardo Abumohor, presidente de O’Higgins- y congregaba a nuevos directivos como ‘adeptos’ bajo su alero. Eso si, era mirado con recelo por algunos de quienes lo instalaron en la testera, ya que empezaba a mostrar su propio estilo y en más de alguna ocasión se oponía a ellos.

Pero Borghi empezó a perder el rumbo en la selección y el camino a Brasil se enredaba, todo en un contexto donde el mal juego y la indisciplina de algunos miembros del plantel generaba problemas. Así, en noviembre de 2012 se concretó la salida del ‘Bichi’, bajo la acusación de que Jadue ya había conversado previamente con Jorge Sampaoli para ofrecerle el cargo de entrenador, al que llegó en diciembre de ese año.

La llegada a la Conmebol bajo el alero de ‘La Roja’

Esa decisión terminó siendo totalmente beneficiosa para el dirigente, ya que el exitoso ciclo que inició el casildense permitió que las críticas se aplacaran en gran medida, pese a las deficiencias que se mantenían en el ámbito local (y que continúan hasta ahora) en términos de organización de torneos y selecciones menores, entre otros temas.

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Además, como añadido a la bonanza de resultados de ‘La Roja’, la imagen del calerano se hizo conocida entre los dirigentes continentales y coronó un rápido ascenso al interior de la Conmebol, donde es actualmente segundo vicepresidente. A fines de 2014 logró la reelección como presidente de la ANFP, sin siquiera deber enfrentar la competencia de otra lista y sumando el apoyo masivo de los regentes de los clubes nacionales.

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Así llegamos a 2015, año de contrastes para Jadue. En lo deportivo, Chile consiguió el mayor éxito de su historia con la Copa América que se disputó en nuestro país. Algo que se contradice con el escenario directivo, donde las denuncias sobre corrupción en el fútbol mundial incluso lo han alcanzado con una acusación de soborno en su contra, la que el dirigente rechazo y que incluso desde la ANFP desmintieron por medio de documentos.

La seguidilla de informaciones confusas de estos días aumentaron las dudas. Primero asegurando que estaba en Chile, cuando había viajado a Brasil; luego desmintiendo cualquier tipo de renuncia a su cargo y acusando “rumores malintencionados”; y por último presentando una licencia médica para solicitar una “autorización estatutaria” y suspender sus funciones por 30 días. A eso se suma lo ocurrido este viernes, cuando él y otros tres directores fueron citados a declarar, en el marco de la objeción realizada por el Ministerio de Justicia sobre los sueldos que se cancelarían a los miembros del directorio.

Quizás si el actual escenario sea una especie de resumen del mandato de Sergio Jadue en la ANFP. Con ciertos éxitos en términos deportivos, pero siempre bajo la lupa y cuestionado, incluso a nivel legal, tal como terminó abruptamente su gestión.