El fósil de una nueva especie de reptil marino prehistórico, un mosasaurio pariente de las lagartijas y las serpientes, fue descubierto en el departamento colombiano de Tolima (centro) con algunos de sus tejidos blandos aún preservados, informó la Universidad Nacional de Colombia (UN).

El esqueleto, de unos 2,8 metros de longitud y con un cráneo de 41,5 centímetros de largo, se halló casi completo y aún articulado, con pequeños puntos de tejidos blandos conservados entre los huesos y en lugares correspondientes a la localización de algunos órganos vitales.

“La mayor importancia que tiene este fósil es la conservación de partes blandas y la conservación de restos de posibles crías, porque mostraría que estos animales tenían gestación interna”, dijo a la AFP la paleontóloga María Páramo, profesora de la UN y encargada de recuperar los restos del reptil.

Páramo explicó que “no es frecuente” que se presente la conservación de tejidos blandos en fósiles prehistóricos y describió que lo que hallaron exactamente fueron “pequeñas manchas blancas con tejido entre los huesos, las cuales corresponden a zonas donde estaban órganos como los pulmones”.

Los restos blandos hallados concuerdan con tejidos dentro de las cavidades torácica, abdominal y de la región del cuello.

La nueva especie fue llamada Eonatator coellensis debido a que se encontró en el lecho de una quebrada seca en la localidad tolimense de Coello. “Tanto en Latinoamérica como en Colombia se han hallado especímenes pertenecientes al grupo de los mosasaurios, pero de otro género”, precisó a su vez el comunicado en que la agencia de noticias de la UN informó del hallazgo.

Universidad Nacional de Colombia (UN)

Universidad Nacional de Colombia (UN)

El espécimen fue encontrado “en rocas cretácicas de hace alrededor de 80 millones de años”, una época en que los mosasaurio, “reptiles marinos por excelencia que contaban con aletas adaptadas para la natación, abundaban en el mundo”, dijo la casa de estudios.

El fósil fue descubierto por un profesor local y su hijo, quienes contactaron a las autoridades nacionales y permitieron la llegada al área de Páramo y el equipo de la Universidad Nacional.

La paleontóloga explicó que la conservación de los tejidos pudo haberse dado precisamente “por el ambiente mineral de la zona y por la forma en que se fosilizó” antes de perder todos sus restos blandos.

Los investigadores expresaron sin embargo su inquietud porque no se preservó parte de la piel del animal a pesar de conservarse lo de adentro, explicó Páramo.

Según la UN, por las características anatómicas de los huesos y la forma del cráneo, el espécimen hallado es una especie del género Eonatator, “nueva en el mundo”.

“La anatomía de la parte anterior del cráneo, así como la morfología y las interrelaciones de los huesos de la cintura pélvica y de los miembros constituyen un nuevo aporte”, indicó la universidad.