La Onemi nuevamente deja la puerta abierta para las críticas y cuestionamientos en torno a sus protocolos de acción en caso de emergencia, debido a la fallida comunicación que tuvo con las autoridades de la isla de Rapa Nui, tras el sismo de 7.2 grados que se produjo la noche del miércoles en el océano Pacífico.

Eran las 23:17 horas continentales cuando el U.S. Geological Survey (USGS) comenzaba a alertar de un sismo de mayor magnitud en una zona cercana a la microplaca de Pascua, una falla entre las placas tectónicas del Pacífico y de Nazca.

Este sismo no fue ‘insignificante’, pues tuvo una magnitud de 7.2 grados en la escala de Richter, y su epicentro estuvo a 565 kilómetros al suroeste de Rapa Nui, una distancia bastante larga a la hora de explicar por qué los habitantes de la isla no percibieron el movimiento, pero no tanto en caso de que se produjera un eventual tsunami, pues el riesgo sería bastante alto.

Es en este contexto que se produjeron los primeros cuestionamientos contra la Onemi, pues el alcalde Pedro Edmunds sólo se enteró de la ocurrencia del sismo tras la llamada telefónica que le hizo Radio Bío Bío de Santiago, para consultar sobre la situación en la Isla.

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A poco más de una hora del evento geológico el SHOA estableció un ‘estado de precaución’, por lo que se determinó que era necesaria una evacuación preventiva por la eventual ocurrencia de un tsunami menor.

350 personas fueron evacuadas hacia lugares más seguros de la isla, permaneciendo ahí hasta las 2:25 horas de la madrugada de este jueves -0:25 horas en Rapa Nui-, cuando la medida preventiva fue cancelada y se permitió el retorno de la población a sus hogares.

Sin embargo, tras la emergencia viene el análisis de la situación, y este no sería muy favorable para la Onemi, pues el alcalde confirmó que efectivamente no fue avisado del sismo, y más aún, dio a conocer que los sistemas de comunicación de la isla, que están en las manos de la empresa Entel, no se encuentran funcionando adecuadamente desde hace un tiempo.

Según confirmó Mauricio Bustos, director regional de la Onemi de Valparaíso, en estos casos se informa por todos los medios disponibles. Es decir, por telefonía satelital, que no está disponible en la Isla según el alcalde; por telefonía convencional, que no estaría funcionando adecuadamente; y por correo electrónico, que al parecer no habría sido muy útil en este caso, tomando en cuenta la conectividad existente en Rapa Nui.

Pese a todo, la gobernadora provincial Marta Hotus, indicó que -según se le informó a ella- los protocolos funcionaron correctamente, pero dejó abierta la interrogante, pues indicó que “a lo mejor” alguien no recibió la información y quizás ‘su servicio’ no activó el aviso.

A eso de las 7:00 horas de hoy jueves, el Jefe de Centro de Alerta Temprana de la Onemi, Miguel Ortiz, realizaba una optimista y quizás poco autocrítica evaluación de la emergencia, felicitando el compromiso de las 350 personas que participaron de la evacuación mientras ellos evaluaban las consecuencias del sismo.

Asimismo y en contraposición a las críticas emanadas desde el municipio de Rapa Nui, Ortiz destacó el correcto desarrollo del protocolo vigente y el adecuado flujo de la información hacia las personas tras la coordinación de la Onemi, el Centro Sismológico Nacional (CSN) y el SHOA.

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Versiones un tanto contradictorias que generan dudas en torno a la correcta realización de los protocolos, en especial a la hora de escuchar la respuesta de Ortiz ante los cuestionamientos del alcalde, pues la la retroalimentación obtenida por la Onemi está basada en las conversaciones con el comité provincial, y dan cuenta de una positiva comunicación con el jefe comunal, lo que sin embargo es desmentido por éste.

El Jefe de Centro de Alerta Temprana de la Onemi fue más allá y aseguró que los sistemas de alerta de emergencia (SAE) de la Isla funcionan, y que incluso fueron probadas la semana pasada por el subsecretario de Interior Mahmud Aleuy.

Lo que queda claro es que la Onemi continuará en la mira tras cada emergencia, porque los protocolos siguen dando que hablar, con visiones un tanto surrealistas desde la institución dependiente del Ministerio de Interior, pero habitualmente cuestionadas por las autoridades locales y por los habitantes de las distintas zonas de Chile que han sido afectadas por emergencias.