Siete horas antes de morir, Gary Smart (33) se casó con su amor de toda la vida. El padre de seis hijos había sido diagnosticado de cáncer de pulmón sólo un mes antes de ese momento y su enfermedad avanzó de forma agresiva hasta quitarle la vida el fin de semana.
Según contó el medio británico DailyMail, Gary pretendía casarse con Laura (31) en 2020, pero el desalentador pronóstico de los médicos lo impulsó a hacerlo lo más pronto posible.
La enfermedad comenzó a manifestarse en julio de este año, pero recién fue diagnosticada a fines de septiembre. “Se quejaba de dolores en la espalda y pecho. Comenzó a perder peso y a no poder dormir, así que fue a ver a los médicos que ordenaron una radiografía y drenaron el líquido de sus pulmones”, recordó Laura.
“Los médicos dijeron que habían encontrado algo, pero no sabían qué era, por lo que hicieron una biopsia. Lo llevamos a casa pero claramente todavía estaba sufriendo. No estaba comiendo adecuadamente y estaba muy débil. Regresamos con los médicos, pero esta vez fue diferente”, dijo.
“El médico de cabecera estaba preocupado por los bultos que habían aparecido en su cuerpo y en sus ganglios linfáticos. El 29 de septiembre, nos dijeron que Gary tenía una forma agresiva de cáncer de pulmón y que empeoró”, señaló la mujer, explicando que su esposo fue internado a las pocas horas. La semana pasada los profesionales le dijeron que estaba pronto a morir.
Es así como la pareja organizó una boda en el Hospital General de Northampton (Inglaterra), en donde decoraron la habitación en la que Gary estaba internado, invitando a una veintena de personas de su círculo más cercano.
“Quería morir como un hombre casado”, dijo Gary a los médicos que permitieron la realización de la ceremonia que fue dirigida por un religioso. En la sala de espera, realizaron un improvisado bufé en donde compartieron los 25 asistentes con la novia. “Cuando fue diagnosticado me dijo que quería casare”, añadió la mujer.
“Pensamos que podríamos pasar más tiempo juntos, pero no fue así. El viernes pasado, el personal dijo que no le quedaba mucho tiempo y nos ayudaron a organizar nuestra boda”, dijo la esposa al citado medio y aseguró que el equipo de hospital les consiguió un sacerdote.
En la boda, la pareja reconoció que “debieron haberse casado mucho antes”. De la misma forma, los invitados tomaron la ceremonia como “una forma de decir adiós”. “Todos sabíamos que se iba a ir”, contó. “Se las arregló para decir sus votos y me puso el anillo en el dedo y me dio un beso”, recordó.
Tras el matrimonio, Laura se acostó al lado de su esposo, quien murió sólo siete horas después de dar el “sí”.
“Esa noche me acosté en la cama con él. Vimos Fast and Furious 8. Me las arreglé para conciliar el sueño y me desperté cuando el botón de llamada sonó a las 3 de la mañana: miré a Gary y él me estaba mirando, como si estuviera tratando de comunicarse conmigo”, contó.
“Tuve una conversación con él y luego me di cuenta de que su máscara de oxígeno no estaba bien y no respiraba. Sólo tuvimos siete horas de matrimonio, pero estaba tan agradecida de poder darle eso”, añadió la mujer que estaba al lado de su marido en el momento del deceso.
Al igual que sus cercanos, Laura recordó que Gary era un hombre “muy amable”. “Siempre estaba ahí, queriendo ayudar. Era muy desinteresado”, señaló la mujer que es madre de una niña de una relación anterior; Gary tenía seis hijos también de otra relación, ambos pretendían unir sus familias.
“Los niños siempre fueron primero”, recordó Laura que conoció a Gary durante la adolescencia, pero que se separaron hasta hace unos años cuando volvieron a conformar una pareja.
