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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Franco Parisi reaparece en escenario político tras segunda vuelta, descartando algún interés de particular en un cargo en el nuevo gobierno, y delineando hoja de ruta para PDG: evitar extremos, ser eje bisagra y competir en 2029. Condiciona apoyo al gobierno de Kast a respeto a libertades y advertencia sobre ajuste fiscal. Autocrítica por rol del PDG en Congreso, anuncia reorganización interna y proyecta partido como fuerza competitiva.

Con un diagnóstico crítico del resultado de la segunda vuelta, una estrategia de apoyo condicionado al próximo gobierno de José Antonio Kast y una autocrítica interna por el rol del Partido de la Gente (PDG) en el Congreso, Franco Parisi reapareció este lunes en el escenario político delineando su hoja de ruta: evitar los extremos, transformarse en un eje bisagra y proyectar al PDG como una fuerza competitiva hacia 2029.

Además, descarto la posibilidad de ocupar un cargo en Gobierno si se lo propusieran: “No estoy buscando pega”, dijo.

Parisi y gobierno de Kast: apoyo condicionado y portazo a cargos en La Moneda

Tras el balotaje, el excandidato presidencial del Partido de la Gente —quien obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta— Franco Parisi, sostuvo que el triunfo de José Antonio Kast se explica, en buena medida, por un clima ideológico específico.

“Creo —y espero que no se sienta Lautaro Carmona— que el sentimiento anticomunista es muy fuerte”, señaló esta mañana en Chilevisión. Sin embargo, advirtió que ese mismo péndulo político profundiza una fractura difícil de cerrar.

Pero de cara al próximo gobierno, Parisi marcó con claridad la posición del Partido de la Gente (PDG): no será una oposición automática ni tampoco un aliado incondicional.“Estamos buscando ser un eje colaborador para que la gente esté mejor y los políticos un poquito peor”, dijo.

Así, el respaldo del PDG al gobierno de Kast, explicó, estará sujeto a condiciones estrictas: “Cualquier proyecto que vaya contra las libertades personales, que menoscabe o discrimine a los chilenos o chilenas, vamos a ser la peor oposición al gobierno”, advirtió.

En contraste, anticipó apoyo en materias como control fronterizo, seguridad y una ley de inteligencia robusta.

Pero uno de los puntos más sensibles, insistió, será el ajuste fiscal anunciado por Kast: “No me toque la PGU, no me toque los planes de asistencia a las cuidadoras, a la juventud, las colaciones, las salas cuna públicas. En ese tipo de cosas vamos a ser extremadamente vigilantes”, subrayó. En cambio, planteó disposición a recortar gastos en áreas como el presupuesto del Instituto Nacional de Derechos Humanos o las remuneraciones de altas autoridades.

Consultado por una eventual participación en el Ejecutivo, Parisi fue tajante: no está en sus planes asumir un cargo en La Moneda:

“No estoy buscando pega. Tienen contingente suficiente entre lo que queda de Chile Vamos y los libertarios”, dijo, aunque dejó abierta la puerta al diálogo institucional.

Control del Congreso y proyección electoral

Parisi también hizo una autocrítica directa respecto del desempeño del PDG en el Congreso. “Aprendimos de nuestros errores. El primer error fue haber dejado que creciera sola la bancada del PDG, ahora no”, reconoció.

Anunció que el partido está en proceso de reorganización interna, definiendo jefaturas y una estructura más clara para sus diputados electos.

En paralelo, buscó despejar dudas sobre la dependencia del partido respecto de su figura. “El PDG no solo es Parisi (…) este partido ya no es unipersonal”, afirmó, destacando la existencia de directivas regionales y vocerías parlamentarias.

Finalmente, proyectó al PDG como una fuerza en expansión. Dijo que estará radicado en Chile la mayor parte del tiempo y que el partido ya piensa en el mediano plazo. “Si llegamos con 10 o 12 diputados a 2029, lo más probable es que seamos gobierno”, aseguró, apuntando también a conquistar alcaldías, gobernaciones y una nueva carrera presidencial.

Con 58 años, Parisi se define “más maduro y más consolidado”, convencido de que el Partido de la Gente “llegó para quedarse” y decidido a disputar el centro político en un escenario marcado por la polarización.