A muchos no les resulta apetitoso y generalmente se van al tacho de la basura, pero es un hecho que las cáscaras de algunos alimentos entregan grandes beneficios para la salud.

Según detalló la nutricionista Marian Alonso-Cortés a El País, varios se resisten a comerse la piel de los vegetales y frutas por su textura dura, sabor amargo o porque son de difícil digestión.

Sin embargo, la especialista indicó que “en muchos casos, habrá que valorar el beneficio que nos pueda reportar consumir ciertas pieles con el coste que nos pueda causar su consumo”.

Eso sí, es crucial asegurarse que todo esté muy bien lavado y retirar, por ejemplo, partes que estén dañadas o ennegrecidas.

A continuación te enumeramos 5 alimentos que se recomienda comer con cáscara, de acuerdo a la nutricionista Marian Alonso-Cortés.

Papa

Pexels (CC)
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La especialista detalló que si consumimos 200 gramos de este tubérculo con piel nos aportará el 75% del hierro diario que necesitamos para el organismo y el 24% de vitamina B6, la cual ayuda a producir anticuerpos, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU.

Además, la cáscara de la papa es rica en fibra y potasio. La primera ayuda a enriquecer la flora intestinal y el segundo regula la tensión arterial.

Berenjena

Wikimedia (CC)
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Muchos sacan la piel de la berenjena porque es amarga, pero lo cierto es que tiene grandes beneficios: contiene hierro, calcio, magnesio, fósforo, azufre, cloro y vitaminas A, B1, B2 y C.

La berenjena también tiene propiedades diuréticas, laxantes y antioxidantes. También favorece la cicatrización de las úlceras y calcificación de los huesos.

Tomate

Pexels (CC)
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Popularmente conocido por ser rico en vitamina C y por sus poderosos antioxidantes como la quercetina, que ha demostrado ser antinflamatoria y anticancerígena.

Un estudio de la Universidad Mediterránea de Marsella demostró que una salsa de tomate con solo un 6% de piel otorga un 99% más de betacaroteno —principal fuente de vitamina A— en comparación con la que no la incluye.

Pepino

Pexels (CC)
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Además de destacar por ser refrescante debido a su alta proporción de agua, también es rica en fibra, potacio y contiene vitaminas A, B1, B2 y C.

De acuerdo a Alonso-Cortés, si la pelamos se perderá la pequeña cantidad de betacaroteno que contiene.

Zanahoria

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La zanahoria absorbe varios nutrientes mediante su raíz, los que después asimila en forma de azúcares.

Una vez que llega a nuestras manos, lo ideal —después de lavarla muy bien— es comerla con piel, pues es allí donde se almacenan casi toda la fibra y los carotenos, los cuales el organismo transforma en vitamina A.

Por último, esta se puede comer cocida, lo que va a disminuir su cantidad de azúcar. O bien, la nutricionista recomienda consumirla rayada en pequeñas cantidades en una ensalada.